Era sabido que cuando Matías Suárez pisara el césped del Kempes, sería reprobado por el público de Talleres, por su identificación con Belgrano.
El Oreja entró en la segunda parte, cuando River ya jugaba por 10 y por Lucas Pratto. Bajo una lluvia de silbidos y muy sólo como para inquietar. Al final, destacó la legitimidad del triunfo del Millo.
Por su parte el goleador de la noche, Ignacio Fernández, explicó el segundo, cuando el árbitro estaba anotando una amonestación. "Lo vi al arquero acomodando la defensa y aproveché".