Era un lateral derecho clásico. Aguerrido en la marca y con determinación para cuando le tocaba pasar al ataque. Así lo recuerdan los hiinchas de Belgrano a Luis Escobedo. Integró el plantel del Celeste que llegó a la final con Banfield en el viejo Nacional B 1986-1987. Como al pueblo Pirata, le quedó el sabor amargo de haberse quedado con la gloria de un merecido ascenso.
Cuando se vestía con la 4 de la B, pocos sabían que ese pelilargo que jugaba "a lo Belgrano", por las ganas que ponía en la cancha, en 1982 combatió en Malvinas. "Nunca tocaba el tema Malvinas mientras jugaba al fútbol. En esa época no se sabía mucho de la vida de los futbolistas. No es como ahora, que sabés todo hasta de los chicos de las inferiores. Lo mío era jugar al fútbol y como no hacía referencia a que era ex combatiente, pasaba inadvertido ese tema", explicó alguna vez Escobedo en una nota con La Voz del Interior.
Cuando volvió de la guerra tenía 19 años y no quería jugar más. Pero regresó jugando en Los Andes de Lomas de Zamora, el club donde surgió. Luego Pedro Marchetta lo trajo a Belgrano donde se unió a la base del equipo quevenía de ganar el Regional '86 con Juan Manuel Ramos, el Pepe Céliz, Chiera, José Luis Villarreal, la Chacha Villagra, Blasón y Martellotto, entre otros.
También tuvo su paso por Racing de Nueva Italia siempre llevado por el Negro Marchetta. El lateral jugó, además, en Vélez, Colón, Temperley, Dock Sud y Santiago Wanderers de Chile.
Tuvo un segundo paso por Belgrano, en 1994 donde jugó con Luis Fabián Artime, entre otros.
Luego de la guerra, Escobedo se refugió en el fútbol pero no se olvida de sus compañeros que volvieron con él de esa guerra de Malvinas. "El fútbol fue como una terapia. Que pueda estar hablando de aquello sin problemas. El fútbol me hizo una persona pública y al estar en esta burbuja que es el fútbol me ayudó muchísimo. Fue la clave para salir adelante. Pero tuve compañeros que tuvieron que soportar un gran calvario, el olvido del Estado, de no encontrar trabajo. Ahora desde el año 2000 trabajo en una obra social para ex veteranos de guerra y formo parte de comisión olímpica para veteranos de guerra", decía el ex defensor.
Y tampoco se olvidó de sus compañeros caídos en batalla. Hace algunos días, su nombre volvió a sonar en los medios porque, junto a alguno de sus camaradas, volvió por segunda vez a las Islas Malvinas a homenajear a los muertos en combate. Y, cuando llegaron al cementerio, desplegaron una bandera con el mapa de el archipiélago con la inscripción "Territorio Argentino" y también entonaron el Himno Nacional.
Lo que fue un acto normal de homenaje se convirtió en una pesadilla que el mismo Escobedo le contó a Vía Santiago del Estero: "Al otro día que fuimos al Cementerio de Darwin, donde había un periodista austríaco y un chofer kelper, vino la policia y, pieza por pieza, nos sacaron los pasaportes, los celulares, las cámaras de foto, la ropa y otras cosas personales. Nos tuvieron detenidos dos días y nos trataron como si fuésemos delincuentes. Nos tomaron las impresiones digitales y nos sacaron fotos de frente y de perfil. Todo porque el chofer kelper nos había denunciado por "ofensas e insultos". Pero nada que ver, solamente honramos la memoria de los nuestros sin ofender a nadie".
Tanto le dolió a Escobedo el maltrato recibido en las Islas que dijo que nunca más volverá.