Es raro ir a la cancha y no esperar con nervios el inicio del partido. También es raro y lindo a la vez que los colores de tu equipo se fundan en el celeste y blanco de la Selección Nacional. Las calles de Alta Córdoba tuvieron un movimiento parecido a cuando juega Instituto de local un partido importante. Los que no se habían enterado que había una práctica a puertas abiertas del combinado albiceleste en el Monumental miraban con cierta incertidumbre a los que estaban vestidos con los colores argentinos y a los muchos chicos con camisetas de otros clubes de la provincia de Córdoba.
Es que hubo mucho piberío ya que la iniciativa de la Agencia Córdoba Deportes fue repartir entradas en los clubes, las escuelas de fútbol y en entidades sociales de la provincia para que los chicos tuvieran la chance de acercarse a los ídolos nuevos que está dando el fútbol argentino. Pero la estrella máxima fue Paulo Dybala. El delantero de la Juventus fue el más mimado por las más de 10 mil personas que se llegaron al estadio albirrojo. Era el regreso de la Joya a "su casa", como rezaba la bandera de bienvenida que el club de Alta Córdoba les pintó para darle la bienvenida a la Selección.
Después de bajarse rápido del colectivo que los llevó al estadio, los jugadores pisaron el césped. Los primeros en aparecer fueron Lionel Scaloni y Pablo Aimar, técnico y ayudante de campo, respectivamente junto a sus colaboradores. Luego fueron saliendo los jugadores y el podio de aplausos los encabezó Dybala seguido por Sergio Romero y los cordobeses Renzo Saravia y Franco Vázquez. El delantero de la Juventus, luego de saludarse con todos los conocidos, recibió el abrazo de Santos Turza, quien lo fichó para Instituto cuando jugaba en Sportivo Laguna Larga.
Desde los movimientos de calentamiento, la reacción de los chicos fue de admiración para con sus ídolos. El grupo se está armando de a poco y el cariño de los hinchas también va en aumento a medida que pasa el tiempo y tienen gestos como los que están teniendo los jugadores.
Algunos bombos le pusieron algo de música al entrenamiento. Los gritos de gol de los chicos cuando los jugadores embocaban el arco en los ejercicios de definición que mandó a hacer el técnico le dieron ese tinte futbolero parecido a un partido a la tarde de Alta Córdoba.
Sobre el final, llegó el homenaje a las víctimas del ARA San Juan con un minuto de silencio acompañado respetuosamente por todo el estadio y luego, para delicia de los fanáticos, el recorrido final de los jugadores de la Selección acercándose a los alambrados a firmar autógrafos, a sacarse fotos y a saludar a todos los que se llegaron a disfrutar de esta inolvidable tarde en el Monumental.
Los hinchas más pacientes esperaron ese saludo, ese autógrafo, esa foto de los jugadores.
