El lunes feriado no impidió que desde muy temprano en la mañana, la cancha principal de la Boya en San Isidro desbordara de público. Nadie quería perderse el partido decisivo de Los Pumitas 7 en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018. Y ninguno se movíó de su lugar cuando finalizó el encuentro. Todos querían brindar un aplauso o mostrar el puño en alto celebrando la conquista del rugby argentino.
El seleccionado argentino de rugby seven se acababa de consagrar campeón olímpico, obteniendo la primera medalla dorada para la historia de este deporte en nuestro país, y en el momento de la premiación, entre los miles de espectadores presentes en el CASI, un grupito aplaudía a rabiar.
Abuelos, tíos, primos, padres y hermanos de Julián Quetglas Bojar vinieron de Córdoba a hacerle el aguante al jugador de La Tablada y, aunque a lo lejos no podía notarse, era fácil imaginar la emoción y el orgullo de la familia del cordobés, el único de la provincia en este seleccionado nacional.
"Vinieron a acompañarme y eso me pone muy contento", dice Julián a Vía Córdoba y no para de sonreír. El mal trago ya pasó y ahora es momento de disfrutar.
Sobre el final del primer tiempo ante Japón, en el segundo partido de la ronda clasificatoria, Quetglas sufrió un esguince de segundo grado y se perdió el resto del torneo. "La verdad que me bajoneé un poco, pero después pensé que tenia que estar firme para seguir alentando al equipo. Lo elemental fue que disfruté el partido y medio que jugué y me pude sacar las ganas de representar al país", cuenta.
Y con la medalla dorada colgada en el pecho agrega: " La verdad que todavía no puedo describir lo que siento, no caigo. Pero es un gran orgullo y un honor poder haber dejado a Argentina en lo más alto".
Argentina es el flamante campeón olímpico (e invicto). El resultado final es el fruto de un trabajo de años y del compromiso del equipo. "Nos venimos preparando desde hace tras años para esto y el resultado es el fruto también de un gran grupo humano. Somos todos amigos y eso nos ayudó a salir campeones", reflexiona.
Y cierra: "Viví una hermosa experiencia. En la Villa Olímpica hay mucha buena onda entre los países; la organización es excelente y jugar siempre con tanto público hizo sentir la localía.