Entre un Talleres que hasta antes de la visita a Boca se perfilaba para discutirle el título de la Superliga, y el Belgrano que miraba más que nada la tabla de los promedios. sobre todo a futuro, hoy apenas hay cuatro puntos de diferencia.
Los Albiazules entraron en una debacle después de la aciaga incursión por la Bombonera, incluido el duelo con Independiente, que debió ganar por haber jugado uno de sus mejores partidos, y termina con apenas un triunfo en cinco encuentros disputados durante el mes.
Y también con las peores rachas desde que asumió Frank Kudelka. Por ejemplo, tres derrotas consecutivas y también perder por tres goles de diferencias, como le ocurrió frente a Unión de Santa Fe el lunes.
Por contrapartida, Belgrano recortó diferencias a caballo de tres victorias consecutivas. Y en abril ganó tres de los cuatro que afrontó. En el último del mes anterior, el 30 de marzo, empató frente a Racing un partido en el que estuvo cerca de quedarse con los tres puntos.
Lo cierto es que Talleres, protagonista durante una buena parte del 2018, llegó a sacarle 11 puntos a su rival de toda la vida. Y esa brecha se achicó a cuatro, cuando restan por disputarse seis.
Al comienzo de la Superliga, los objetivos se pusieron sobre la mesa: para Belgrano, alcanzar los 40 puntos que robustecieran su promedio. Y para la T, entrar a una de las copas internacionales.
Hoy por hoy ambos están cumpliendo metas, con distintos martices. Porque el equipo de Lavallén a partir de ahora rediseña lo que se propuso, y tiene a su alcance ingresar a la Sudamericana. Le falta enfrentar a San Lorenzo fuera de casa y recibir al descendido Temperley en el invencible Gigante.
Mientras que los dirigidos por Kudelka aún dependen de si mismos para sacar pasaje a la Libertadores, premio por demás reconfortante y que marcaría una despedida dorada para el entrenador. O quizá, la continuidad. Le queda ser anfitrión de Huracán, con dimensión de final, y en la última ir a Bahía Blanca por su propio Olimpo, frente a un rival que perdió la categoría hace rato.
Cuatro puntos de diferencias en el torneo aparte que disputan entre sí. Y un presente distinto: para Belgrano, jugar la Sudamericana es un premio. Para Talleres, ya no tanto.