Nadar en aguas abiertas implica que justamente cada nadador está expuesto a que se encuentre con un sinfín de situaciones que en una pileta olímpica no sucederían. La fauna y la flora marina están ahí y pueden interferir en la competencias.
Sobre esto habló Guillermo Bértola, el cordobés que tuvo un excelente año en la disciplina, en su paso por el programa Si Nos Dejan.
Algunas de las situaciones eran de las más disparatadas e insólitas. "Lo peor que me tocó una vez que estaba en Viedma y se me apareció un lobo marino a dos metros. Se me acercaba y yo me alejaba tirándole agua. Y el de la moto me dice 'tranquilo es amigable, quiere jugar'. Pero me llega a agarrar ese animal de mil kilos".
Pero eso no fue todo, también le tocó ver delfines, ballenas, lo picaron meduzas, tiburones chiquitos. "Apenas los vi dije 'me quedo en el pelotón' porque si son chiquititos papá y mamá deben estar por ahí".
Mirá el insólito relato de Guille Bértola