Conformismo, satisfacción y también alivio dejó la disputa del partido entre Talleres y Estudiantes el domingo en el estadio Mario Kempes tras el intenso chaparrón, con fuerte viento, que soportó el campo de juego a poco del pitazo inicial.
De todas maneras, el encuentro por la 11° fecha de la Superliga comenzó 30 minutos después de lo programado, según lo dispuso el árbitro del encuentro, Diego Abal tras probar el escenario.
"Estoy más que conforme con la respuesta del campo de juego", declaró Medardo Ligorria, presidente de la Agencia Córdoba Deportes.
A mitad de año, aprovechando el receso, se realizaron obras para mejorar el drenaje del escenario mayor del fútbol cordobés.
"Muchísima gente nos ha hecho ver que el comportamiento fue adecuado. Acá hay que tener en cuenta que la situación fue extrema y el campo respondió", insistió Ligorria.
Cerca de 20 milímetros cayeron en la zona del Kempes. "Fue una lluvia torrencial. Comenzó a llover a las 16 y el partido estaba previsto para las 17. A las 16.40 el árbitro decidió postergar 30 minutos el arranque y luego vio que podía jugar por el comportamiento del drenaje del césped", sostuvo el titular de la Agencia.
"Se pudo iniciar el juego que en cualquier otra situación no se podría haber jugado", opinó en Cadena 3 el funcionario del deporte cordobés.
Pese a que el partido que ganó 1- 0 el conjunto platense, se disputó con agua en algunos sectores del terreno. Para Ligorria, "en el primer tiempo hubo un poco de agua".
"En el segundo se jugó sin ningún tipo de inconveniente", apuntó el presidente de la Agencia encargada del máximo estadio del fútbol cordobés. El campo de juego lució sin inconvenientes en el resto del encuentro.
Ligorria también se refirió a los elementos utilizados para ayudar a retirar el agua del campo. “En una situación así se utilizan todos los medios disponibles para que se pueda jugar”, completó Ligorria, satisfecho y conforme .