Por Gabriela Martín.
La imaginación es uno de los grandes tesoros de la infancia y trabajar en el desarrollo de la creatividad es esencial para los niños. Esta capacidad tan significativa los ayuda a expresarse por sí mismos, a desarrollarse, a relacionarse y también, brinda herramientas para otros ámbitos de la vida, incluso para resolver problemas.
En un mundo tecnológico, en el que predominan las pantallas, es importante rescatar espacios en los que se pueden desafiar los límites de la imaginación. Paula Moresi es diseñadora gráfica y Tatiana Cámpora, artista plástica; a raíz de una profunda amistad surgió un taller que despertó en los chicos el amor por el arte.
“La idea era generar un espacio donde los chicos pudieran expresarse y al mismo tiempo que tomaran como referentes a algunos artistas o movimientos artísticos de la historia del arte. Ellos no replican una obra sino que toman características de ella y se expresan libremente. Nuestro taller apunta a la expresión libre pero conducido por contenidos conceptuales”, explica a Tu Día Tatiana Cámpora.
Y continúa: "Nos interesa que los chicos aprendan y que de chiquitos puedan ver al arte como algo cotidiano y no aburrido o tedioso. Hoy, el arte está olvidado y los chicos se entretienen con otras cosas; sin embargo, éste es un espacio donde experimentan, prueban, se equivocan y se divierten. Un lugar de encuentro".
Aprender jugando
En el taller, las seños enseñan en forma de juego o con elementos visuales los distintos movimientos y técnicas. Los chicos van haciendo su propio camino, creciendo. Las edades varían entre los cinco y los 13 años, pero las ganas de ser parte son iguales para todos. “Cuando está llegando la hora de terminar el taller no se quieren ir, vienen los papás a buscarlos y los chicos siguen pintando, trabajando. No se aburren”, dice Paula Moresi.
En épocas en el que el "estoy aburrido" es una frase predominante, en este espacio se los ve concentrados en la expresión artística que les toque realizar, en la pieza que quieren lograr.
“Contrarrestamos con las nuevas tecnologías o con la TV y desarrollan la creatividad. Se sienten libres para dejar volar la imaginación. La creatividad les da herramientas y habilidades para luego resolver cuestiones en otros ámbitos de su vida (en el colegio, resolver cuestiones de su casa, relaciones). Abren la mente”, agrega Paula.
Trabajan en equipo y aprender a valorar su trabajo y el de sus compañeros. Comparten. Cada uno hace su propio camino y de acuerdo a su personalidad va encontrando su espacio. Los papás, agradecidos. Ellos mismos sienten que, a través de la incursión de sus hijos en un taller de arte, empezaron a interiorizarse. A raíz de los trabajos que los chicos llevan a la casa, los papás también aprenden. Pero sobre todo, tanto los adultos como los niños, se dan cuenta que todos pueden lograrlo.
"En este tiempo hemos visto como la autoestima positiva, la valoración, el reconocimiento de un trabajo, los posiciona desde otro lugar. Aprenden que su idea vale y lo que proponen es valioso, pero también respetan la producción ajena", indica Tatiana.
Distintos, bajo un mismo objetivo
Distintas edades, condiciones diferentes y diversidad en la producción. Todos bajo una misma consigna e idéntica temática, diferenciándose en su trabajo. “Nosotras siempre les decimos que es tan valioso el trabajo de uno como el de su compañero; todo se muestra y se comparte. El que va más rápido colabora con el otro y así la autoestima positiva comienza a fortalecerse”, aclara la artista plástica.
Y sigue el relato Paula: "También remarcamos la importancia del trabajo en equipo. Cuando realizamos una obra grupal, ellos saben que es tan importante la tarea de uno como la de su compañero. El logro es de todos. Cada niño tiene su lugar, su espacio, la creatividad de uno se une con la del otro y se sienten parte".
Ambas hacen hincapié en la importancia de desarrollar la creatividad, en este caso aplicada al arte, y una vez alcanzado el objetivo, utilizarla en todos los ámbitos de la vida.
Afirman a coro que todos los chicos tienen talentos y que es tarea de los papás, ir descubriéndolos para que sean los mismos niños quienes tomen conciencia de sus propias habilidades. "Hay que trabajarlos y hacerlos crecer. Como papás debemos estar atentos, los chicos tienen esas lucecitas que nosotros debemos ayudar a que ellos mismos descubran. Es muy lindo que se ensucien con pinturas, que experimenten; al poder hacerlo no solo trabajan desde lo táctil, también lo hacen con las emociones, a través de distintas experiencias", resume Tatiana.
Y cierra Paula: "Nada más lindo que poder trabajar desde la libertad que nos brinda la prueba y el error. El poder sentir que lo tuyo vale; que tu persona y tu interior, también. Con el arte comunicamos y además, aprendemos a tomar decisiones. El arte todavía vive y es la base de muchas habilidades que luego, en otros momentos o ámbitos de la vida, abren puertas".
Puertas afuera
El domingo 4 de diciembre, todos los integrantes del taller de arte Colores Sueltos expondrán sus obras de arte en Centro Cultural Casa de Pepino (Fructuoso Rivera 287, barrio Güemes). La muestra será la oportunidad para que estos "pequeños" artistas expongan las obras de arte realizadas durante todo el año. Padres, familiares y amigos, los invitados especiales.
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