Para muchos futbolistas que llegaron al profesionalismo e hicieron una carrera, es muy difícil enfrentar el momento del retiro. En el caso de Facundo Agustinoy ese momento parecía lejano teniendo en cuenta la edad en la que decidió colgar los botines. El volante, que tuvo su mejor momento en Instituto, anunció que dejaba de jugar a los 28 años para sorpresa de muchos.
Pero a él no le costó tanto. Porque apenas se decidió, se puso el buzo de DT en el Deportivo Atalaya, el mismo club donde estaba jugando. Y, en diálogo con Vía Córdoba, relató su experiencia: "No me costó tanto lo del retiro. Dejar de ser jugador para ser técnico no me ha costado porque de este lado también me apasiona mucho. Entonces el haber encontrado otra profesión ligada a lo mismo me fue mucho más fácil que si quizá hubiera dejado el fútbol y me ponía a hacer otra cosa fuera de este deporte. Al vivirlo con tanta pasión como cuando jugaba, eso me ha resultado mucho más fácil".
Los motivos para dejar la práctica del fútbol tan joven también fueron explicados por Agustinoy: "Dejé el fútbol porque veía que no me iba a dar mucho más de lo que me dio. Ya había empezado a jugar en la Liga, la motivación no era la misma, la edad iba pasando, ya había arrancado el curso de técnico. Por ahí tenía propuestas para ir a jugar un Federal B o un Federal A a 800 o 900 kilómetros de mi casa. Era dejar a mis hijos por una plata que no me iba a hacer ni más rico ni más pobre así que prioricé la familia y el empezar la carrera de técnico".
Y quiere sacarle provecho al frente del plantel de Atalaya. "Siempre digo que haberme recibido joven y el haber empezado a trabajar joven como técnico es como sacarle ventaja al resto en cuanto al tiempo, las experiencias, así que lo tomo por ese lado", dijo el ex volante de la Gloria.
Agustinoy, además de jugar en Instituto, pasó por Patronato de Paraná, Temperley, Central Córdoba de Santiago del Estero, Argentino Peñarol, Central Goya de Corrientes y, por supuesto, Deportivo Atalaya.
A casi tres años del retiro, Agustinoy reflexionó: "Pendiente me quedó de que creo que pude hacer una mejor carrera. Porque estuve en algún momento en un pico muy alto y después, por cuestiones de representantes o dirigentes que quieren agarrar más que el jugador, por ahí no se terminó dando. Después no pude mantener el nivel que tuve, y cumplir el sueño de haber sido profesional en el club que yo amo como Instituto, eso no me lo quita nadie. Pero creo que pude hacer una mejor carrera todavía".
CON TRABAJO Y EN FAMILIA. Facu Agustinoy vive en barrio Argüello Lourdes con Joana, su esposa y sus hijos Thomas y Julieta. Los cuatro están alborotados porque hace poco se enteraron de que la familia se agrandará con mellizos en algunos meses.
Para subsistir, además de lo que gana en el Deportivo Atalaya, tiene una pequeña empresa que vende productor para construcción y hace poco arrancó con un emprendimiento donde venden bolsos, mochilas, morrales y más cosas en eco cuero de la línea fútbol.
SUEÑO ALBIRROJO. Y como el fútbol lo domina todo en la vida de Agustinoy, el continuar ligado a ese deporte, es aferrarse al sueño aunque en la Liga Cordobesa todo sea con mucho sacrificio. "Se hace por pasión. Uno no puede vivir del sueño de la Liga. Yo también lo tomo como vidriera, estoy en un club que te da muchas posibilidades, que está haciendo las cosas muy bien, lo tomo como eso para en algún momento poder dar el salto a un poquito más arriba".
Y ese salto tiene un sueño de color albirrojo y un barrio: Alta Córdoba. "Obviamente que el sueño es poder dirigir profesionalmente y de ahí ir subiendo hasta donde más pueda. Creo que para eso uno se prepara, estudia y lo vive día a día. Y después sí está el sueño de poder dirigir a Instituto alguna vez. Es algo que me gustaría mucho poder devolverle al club que me dio toda la posibilidad de haber sido profesional. Es un sueño y ojalá que algún día se pueda dar y vamos a pelear por eso"
LA PANDEMIA, UNA DURA PRUEBA. A fines de 2019, las autoridades del Deportivo Atalaya confiaron en Facundo Agustinoy para que sea el técnico del equipo en la Liga Cordobesa. Dos días antes del comienzo de la competencia en 2020, se dictó la cuarentena obligatoria y todo se paró. "Fue complicado. Adecuarse a algo nuevo, impensado para lo que no estás preparado y hubo que amoldarse a la situación. Al principio fue duro, ya teníamos todo preparado para arrancar. Hicimos una muy buena pretemporada, nos había ido muy bien en los amistosos y teníamos muchas expectativas y bueno, fue complicado. Pero, como todo el mundo, aguantando, no queda otra".
Fue uno de los primeros clubes en trabajar vía Zoom con sus jugadores, luego se fueron amoldando a las flexibilizaciones y se pudo trabajar un poco mejor. Pero la noticia de la suspensión de la competencia en le Liga Cordobesa terminó de derrumbar las expectativas. "Aunque ya la manejábamos, te cae duro la noticia oficial y tratamos de calmar a los chicos, que sigan entrenando, que no tiren lo que se hizo. Que se mantengan en movimiento no solamente del cuerpo sino también de la cabeza, que traten de pasar todo eso. Están acostumbrados a entrenar cuatro o cinco veces en la semana y el encierro o el no poder hacer lo que a ellos les gusta, ha sido complicado", dijo el DT de Deportivo Atalaya.
Que, en el final, le dejó un mensaje a los más chicos. "Siempre digo que hagan las cosas al cien por ciento, porque siempre hay alguien que te está viendo en la tribuna. Porque uno no sabe cuándo puede ser el día que te pueden tocar con esa varita mágica porque el fútbol tiene eso, más allá de las condiciones, el talento, tiene un poquito de suerte también. Así que siempre al cien por ciento. Eso no se negocia".
Y agregó: "Además hay que tener la humildad en los momentos malos y en los momentos buenos porque eso te lleva a buenas cosas. Gracias a Dios tenemos un grupo muy lindo que así lo entiende y ojalá que muchos chicos puedan dar el salto y poder vivir del fútbol".