La cuarentena golpeó con especial dureza al sector gastronómico y el ocio y va cambiando la fisonomía de un polo en la materia como barrio Güemes, que de a poco va perdiendo espacios.
Sin la posibilidad de abrir, con cero ingresos y muchas obligaciones por delante, no han sido pocos los comercios, bares y restaurantes que han no han tenido más salida que cerrar, como en el caso de Oye Chico, uno de los clásicos del barrio, que ocupaba un importante local de la calle Belgrano, que ahora se ha vaciado.
El cierre definitivo cayó en el peor momento para uno de sus propietarios, que tuvo diagnóstico positivo para covid-19, pero ya se encuentra recuperado.
Por contrapartida, el cierre significó la pérdida de trabajo y el reclamo por vía judicial de uno de los encargados de seguridad del local, que sostiene que nunca le atendieron el telefóno y que los dueños niegan el vínculo laboral.
Una de las propietarias de esta firma que tiene otros locales en la provincia y Buenos Aires, Adriana Gorosito, se muestra sorprendida ante la consulta de Vía País, sobre esta demanda que le realiza Sebastián Exeni, con quien también conversamos para construir el relato.
Sobre el reclamo, Gorosito menciona que son personas "que trabajan dos días a la semana, son freelance", grafica.
"Me sorprende la pregunta, que un medio nos llame a nosotros, cuando Infobae publica que se han perdido más de un millón de puestos de trabajo", dice la empresaria que también es periodista y agrega "¿por qué no nos preguntás qué nos paso, cómo nos fundimos, o que teníamos que pagar 250.000 pesos de alquiler?", comentó no sin razón.
Nuestra consulta intentaba confirmar los dichos del trabajador y darle la voz a los protagonistas, en un ejercicio cotidiano que exige el periodismo, vale recordar.
Dolido por la situación, Exeni dice a Vía: "hace dos meses vaciaron el local y no nos dijeron nada, nos enteramos porque uno de mis compañeros pasó por ahí... nunca nos avisaron, a ninguno de los empleados nos han pagado durante la cuarentena y ni siquiera nos atienden el teléfono", reclamó.
Además, Exeni refirió que entre los empleados hay "cubanos y venezolanos que han quedado totalmente en la calle y están haciendo lo que pueden, para sobrevivir porque no pueden cobrar ningún subsidio porque no son argentinos", aseguró.
"Ya empecé el juicio laboral y envié mi primer telegrama, que ellos contestaron negando la relación aunque trabajé tres años como encargado de seguridad", finalizó.
Ahora, el tema continúa en los tribunales y serán los inextricables tiempos de la Justicia los que algún día traigan el desenlace a esta historia que no es la primera ni la única, en esta cuarentena que ha puesto de rodillas a la Argentina.