El de diputados es un voto volátil. Siempre. Y para demostrarlo vale repasar cómo votaron los cordobeses desde 2011, la única elección en la que el kirchnerismo venció en Córdoba, hasta octubre de 2015, cuando los votantes de esta provincia dejaron a Mauricio Macri en la puerta de la Casa Rosada.
También ha sido volátil el voto entre agosto y octubre, es decir entre las Paso y la elección general, que es cuando se reparten las bancas (en el caso de esta provincia, nueve diputados nacionales).
En agosto de 2011, José Manuel de la Sota fue electo gobernador sin objeciones, y dos semanas después Unión por Córdoba quedó más cerca de la Izquierda que del radicalismo. Por eso DLS bajó la lista y en octubre jugó junto a CFK.
2013 es otro buen ejemplo: Unión por Córdoba cosechó 30 por ciento de los votos en la interna entre Schiaretti y Martín Llaryora; pero en octubre, cuando unieron la lista, el PJ perdió 3,5 puntos. Iba a ser una paliza y el peronismo terminó rascando las urnas. Ese año también fue el debut de Héctor Baldassi, quien logró sentarse en Diputados con 14,5 por ciento de los votos.
El debut de Cambiemos y su cosecha en 2015 fue clave para Macri y muestra, otra vez, lo mucho que puede cambiar el escenario entre agosto y octubre: ese año, Unión por Córdoba se impuso en las Paso con 39 por ciento de los votos, pero luego, en octubre, es decir cuando se jugó la Presidencial y se repartieron las bancas, rozó el 50 por ciento de los votos, diferencia que la logró sacándole votos a Unión por Córdoba.