"En el primer tiempo el equipo estaba ansioso, emocionalmente nervioso por querer cambiar la historia. Había que confiar en lo que veníamos haciendo. Podríamos haber ganador por un gol más, pero me voy satisfecho".
La reflexión de César Zabala después de un mes y medio sin victorias, que se cortó con el 2-0 sobre Santamarina.
"El primer gol fue una muy buena acción colectiva, circulando de banda a banda con un juego que por ahí impacienta a la gente pero que produjo un desgaste", explicó el entrenador.
Los goles vinieron por el oportunismo de Mateo Bajamich, a quien Zabala conoce profundamente. "Mateo volvió al gol y está aprendiendo todo el tiempo, como retroceder en el campo. Puede dar mucho más", lo elogió.
Y también a Facundo Silva, con la difícil tarea de reemplazar al conductor del equipo, Damián Arce, lesionado. "Confío mucho en Silva. El se exige mucho y en el primer tiempo estábamos mal por no dar dos pases seguidos. En el segundo mostró lo que puede dar".
Con su victoria Instituto se reacomodó en la tabla, para ubicarse sexto y cerca de los objetivos: zona de Copa Argentina y del Reducido por el segundo ascenso.
Se le vienen dos partidos como visitante, el primero el domingo 17 de noviembre a las 17 ante Gimnasia en Mendoza.