El montañista cordobés Ricardo Birn, quien se hizo famoso en mayo último cuando los medios argentinos mostraron el video de su rescate en helicóptero desde el monte Everest, ya comenzó a preparar su próxima misión: el Vinson, que con 4.897 metros es la montaña más alta de la Antártida.
"Fue una decisión de vida o muerte", dijo este jueves Ricardo Birn, al recordar el momento en el que estaba a solo tres horas de la cima del Everest pero prefirió regresar porque estaba "muy débil y tosía con sangre".
"No llegar a la cima es una de las posibilidades", reflexionó el montañista, que fue rescatado el 22 de mayo pasado durante la misma semana en la que 11 personas murieron tratando de hacer cumbre en el monte Everest, que tiene 8.848 metros de altura.
En el video que los medios argentinos reprodujeron se ve a Birn colgado de un helicóptero con una cuerda, así bajó de la montaña: tenía neumonía, una infección y líquido en los pulmones. Cuando llegó al hospital de Katmandú, capital de Nepal, pidió con desesperación que le dieran calmantes porque sentía "mucho dolor", comentó.
Una semana después de su llegada al hospital, los médicos operaron a Birn para drenar sus pulmones.
Entre las semanas de travesía en la montaña y la convalecencia en el hospital, el montañista perdió más de 15 kilos, que recuperó tras su regreso a Córdoba "a base de facturas", aunque todavía se lamenta porque le falta masa muscular y se agita al correr.
Birn (51) es profesor de educación física, está casado y tiene tres hijos. Su amor por la montaña nació hace 13 años, cuando hizo una travesía turística al lugar de la cordillera de los Andes donde se estrelló el avión que llevaba a los rugbiers uruguayos a Chile, en 1972, y cuya historia inspiró la película "¡Viven!".
"Ves la cumbre y querés estar ahí, querés ver todo desde ahí. No tiene mucha más explicación", respondió el montañista cuando le preguntaron por el motivo de su pasión por las alturas.
Dos años después de aquella travesía en los Andes, Birn escaló el Aconcagua: "Empecé por lo más difícil", reconoció.
En la base del Aconcagua conoció a un grupo de viajeros catalanes que le comentaron del proyecto 7 cumbres, al que se suman cada año alpinistas de todo el mundo.
Las siete cumbres enlistadas en el proyecto son el Aconcagua (Argentina), Elbrus (Rusia), Kilimanjaro (África), Denali (Alaska), Pirámide Carstensz (Nueva Guinea, Indonesia), Everest (frontera entre China y Nepal) y el Vinson (Antártida).
"Hasta ahora, cinco argentinos hicieron las siete cumbres", dijo el montañista cordobés, quien ya alcanzó cinco de ellas y solo le faltan el Everest -donde ya hizo dos intentos- y el Vinson, que es su próxima misión.
"En estos días empecé a entrenar, creo que a fines del año próximo puedo estar listo", comentó tranquilo.
Ricardo Birn no solo estuvo muy cerca de las 11 personas que murieron hace menos de dos meses en el Everest; además, su amigo Mariano Galván, con quien llegó a la cima del Denali, en Alaska, murió en 2017 al ser sepultado por una avalancha en Pakistan. Pero nada de esto parece disuadirlo.
Sin embargo, admite algunas dificultades: "Con lo que pasó (en el Everest), va a ser más difícil conseguir sponsors", se lamentó.
Para solventar sus expediciones, cuenta con el apoyo de la Agencia Córdoba Deportes, el Banco de Córdoba, Showsport y la Casa Buen Pique, que vende artículos de pesca.
Otras fuentes de financiación son su propio trabajo como guía de travesías -en octubre próximo llevará a unas 20 personas al Kilimanjaro- y las charlas motivacionales que ofrece para que cada uno aprenda "escalar su propio Everest".
Ricardo Birn habla de sus aventuras sin fanfarronería y con sencillez: "En la montaña y en la vida, a veces hay que retroceder y volver a intentar, quizás por otro camino y con otro entrenamiento", dice.