Remontar una derrota parcial de 21 puntos y ganar el tercer punto en tiempo suplementario parece haber tocado las fibras íntimas de todo Instituto. El martes pasado, la Gloria ganó un partido tremendo y este jueves salió a la cancha a demostrar todas sus cualidades.
Con un Ángel Sandrin repleto, el equipo de Alta Córdoba jugó con el corazón, puso garra y demostró por qué su básquet llegó a las instancias decisivas de la Liga Nacional.
En los primeros tres cuartos, Instituto hizo todo lo que sabe. Defensa férrea y efectividad en el tiro externo. Green, Scala y Piñero fueron los máximos artilleros de un juego en el que a San Lorenzo le costó encontrarle la vuelta. Pero en el final, cuando las papas queman, el Chuzito González fue el abanderado de una sufrida pero trabajada victoria.
Luciano fue el encargado de pedir esas pelotas que queman y tuvo sobre su espalda la responsabilidad de no marrar los dos libres a nada del cierre del juego y con el marcador 81-80 a favor de su equipo.
González metió los dos y descargó todas las tensiones con la chicharra del final y la bola bien apretada entre sus brazos. Por eso el reconocimiento de la parcialidad albirroja con un canto que bajó de los cuatro costados del Sandrin. El olé, olé, olé, olé... Chuzo, Chuzo... fue el premio para un jugador que apareció cuando más le hacia falta a Instituto.
La Gloria ganó un punto trascendental, un partido que pone parda la serie nuevamente. Por momentos lo hizo con buen básquet, en otros con garra y al final puso el corazón. El sábado juega el quinto punto en Boedo y se aseguró un juego mas en casa.
