Hay que presenciar alguna vez una ceremonia como la que conmemora el Bautismo de Fuego del Grupo de Artillería Aerostransportado 4 en la guerra de las Malvinas. ¿Por qué? Sobre todo, porque en vez de opinar sobre cómo deben haber sido las cosas sin vivirlas, vale ser testigo del respeto y compañerismo que conservan los combatientes; entre los mismos soldados y también hacia quienes fueron sus jefes durante el conflicto bélico de 1982. A algunos de ellos, los distinguen, incluso, como "padres".
La palabra "unión", tal como se llama el cuartel de esta unidad integrante de la IV Brigada Aerotransportada, ubicado en el camino a La Calera, se resignifica y cobra fuerza cada año cuando este acto se lleva a cabo. Todo sucede ante el reconocimiento de la comunidad por los veteranos de guerra -la mayoría de ellos tenía entonces entre 18 y 20 años- y en el marco del esperanzador entusiasmo de cientos de chicos de escuelas primarias que son invitadas por el Ejército a conmemorar aquel episodio trascendental de la historia argentina.
Por otro lado, resulta muy valioso observar la inspiración y el ejemplo que significa la presencia de los veteranos para los jóvenes soldados que cumplen actualmente con el servicio militar voluntario y que participan de un desfile en el que resalta la comunión entre quienes juraron defender la Patria y la Bandera 37 años atrás y quienes lo hacen hoy.
Sin dudas, el momento más emotivo de la ceremonia es cuando se nombra a los tres soldados de esta unidad que perdieron sus vidas en el enfrentamiento entre Argentina y Gran Bretaña: Néstor Osvaldo Pizarro (Clase ´62), Jorge Eduardo Romero (´63) y Eduardo Vallejo (´63 y cuyos restos fueron recientemente localizados e identificados en el cementerio de Darwin en las Malvinas, donde también yacen sus compañeros).
Siempre en relación con el desempeño del Grupo 4 de Artillería durante la guerra del '82, su personal recibió tras la contienda siete condecoraciones “Al valor en combate” (dos oficiales, dos suboficiales y tres soldados), cantidad sólo superada por el Batallón de Aviación de Combate 601 (10 medallas) y el Regimiento de Infantería 25 (ocho). Asimismo, otros cinco oficiales, cuatro suboficiales y 21 soldados recibieron mención especial por su acción.
El Grupo 4 fue comandado durante la guerra por el entonces Teniente Coronel Carlos Quevedo, quien asiste cada año a la ceremonia como jefe honorario de la unidad, compartiendo cada momento de la conmemoración con sus soldados.