Allí estuvieron también el subsecretario de Seguridad del municipio, Héctor Quisle y los jefes de la Unidad Regional de la Policía para trabajar en un trabajo preventivo. La vivienda robada se encuentra en un sector de Standard Norte de viviendas del IPV, cercano al asentamiento conocido como Comipa, en donde existirían algunos lugares sin habitar utilizados como aguantaderos, que los vecinos pidieron que se derriben.
“Escuchamos atentamente a los vecinos que por supuesto están preocupados porque se sienten desamparados. Les transmití que nosotros no tenemos poder de policía, por ende no tenemos injerencia excepto para gestionar los planteos con Provincia”, explicó Sampaoli.
Sin embargo, cuando llegaron los jefes policiales se garantizó un trabajo más exhaustivo de control en la zona: "se habló de los operativos, de ver de qué manera se puede aceitar. Piden hacer un relevamiento de todos los vecinos de la zona, tanto en el barrio del IPV como en Comipa, no porque desconfíen de sus habitantes, todo lo contrario, sino porque existen espacios que no estarían habitados y serían utilizados como aguantaderos. Los vecinos piden que estos lugares sean derribados", agregó el edil.
En lo que concierne a la función del Concejo, “me plantearon la necesidad de colocar nombres a las calles que tiene código para facilitar la tarea de la policía, la ambulancia y los bomberos”. Este es un trabajo constante en el Concejo Deliberante en el que el concejal trabajó mucho durante el 2018 para designar nombres a calles de distintos barrios considerados “nuevos”.