El Valle de Punilla, en la provincia de Córdoba, es un destino turístico que ofrece naturaleza, cultura y diversión. Pero también esconde un tesoro arquitectónico que muchos desconocen: cinco castillos de estilo medieval que se levantan imponentes entre las sierras. Hoy, algunos de estos castillos se pueden visitar y otros funcionan como hoteles de lujo. Te invitamos a conocerlos y a viajar en el tiempo.
Castillo Garlot
Este castillo se localiza en Villa Carlos Paz, a 38 kilómetros de Córdoba, y es uno de los más lujosos y exclusivos de la región. Fue construido en 1934 por el arquitecto Enrique Zárate, quien era un desarrollista que edificó varias casas señoriales en la zona de Villa del Lago. Zárate encargó el diseño del castillo al arquitecto Miguel Arrambide, quien le dio un estilo neoclásico con influencias francesas e italianas. El castillo tiene nueve habitaciones principales y dos de servicio, un comedor, un living, cuatro baños, dos toilettes y un baño secundario. El mobiliario es de origen europeo y el parque tiene una piscina y una cancha de tenis. El castillo fue residencia del obispo auxiliar de Buenos Aires, Miguel De Andrea, y del empresario de la construcción Marcel Garlot, quien le dio su nombre actual. El castillo está a la venta desde el año 2020 y tiene un valor de 4,7 millones de dólares.
Castillo de Furt
Este castillo se sitúa en Villa Carlos Paz, a 40 kilómetros de Córdoba, y se destaca por su ubicación privilegiada sobre el lago San Roque. Fue construido en 1943 por Juan Furt, un licenciado en Filosofía y Letras que también tenía conocimientos de arquitectura. Furt diseñó la fachada del castillo con elementos medievales como almenas, torreones y ventanas ojivales. El castillo tiene paredes de 80 centímetros de espesor hechas con calicanto, una piedra local. El interior del castillo está decorado con muebles y objetos traídos de Europa, como lámparas, relojes, cuadros y armas. El castillo es propiedad privada y no se puede visitar, pero se puede apreciar desde la ruta 38 o desde el lago.
Castillo de Mandl
Este castillo se encuentra en La Cumbre, a 90 kilómetros de la ciudad de Córdoba, y se puede ver desde el ingreso a la localidad. Fue construido en 1930 por el médico rosarino Bartolomé Vasallo, quien lo llamó “el fuerte” por sus características defensivas. En 1940, fue adquirido por el aristócrata austríaco Fritz Mandl, quien le dio un toque de modernidad y elegancia. Mandl fue un magnate de la industria armamentista y estuvo casado con la actriz Hedy Lamarr. Tras su muerte, el castillo quedó abandonado por décadas, hasta que fue restaurado y convertido en un hotel boutique. El castillo cuenta con 12 habitaciones, una piscina climatizada, un spa, un restaurante y un salón de té.
Castillo de Wilkins
Este castillo se ubica en Tanti, a 50 kilómetros de Córdoba, y es uno de los más antiguos y originales de la zona. Fue construido en 1890 por el inglés William Wilkins, quien era músico y compositor. Wilkins se inspiró en los castillos medievales de su país natal y le dio al edificio un aspecto gótico y romántico. El castillo tiene una torre con una escalera caracol, una capilla con vitrales, una biblioteca con más de 10 mil libros y una sala de música con un órgano tubular. Además, está rodeado por un parque con árboles centenarios y una fuente con peces. El castillo se puede visitar los fines de semana y feriados, previa reserva telefónica o por correo electrónico.
Castillo de Fábrega
Este castillo está ubicado en Valle Hermoso, a 65 kilómetros de Córdoba. Fue construido en 1870 como parte de la estancia “Las Playas”, una de las primeras propiedades turísticas de la provincia. En 1930, fue comprado por el inmigrante italiano José Ferrarini, quien lo transformó en un hotel con estilo medieval. Sin embargo, tras su fallecimiento, el castillo quedó cerrado por 30 años. En el año 2000, fue adquirido por la familia Fábrega, quien lo refaccionó y lo reabrió al público. El castillo tiene 20 habitaciones, un gimnasio, una sala de juegos y un restaurante. También ofrece servicios de spa, masajes y tratamientos corporales.