El fin de semana largo del Día de la Virgen, con la apertura del turismo interno en la Provincia, fue una prueba piloto de lo que podría ser la temporada de verano en Carlos Paz. Miles de cordobeses decidieron pasar el día en la Villa Serrana o se quedaron unas noches. El centro se vio colmado de visitantes, pero no pasó lo mismo en algunos de los balnearios de la ciudad cuando la temperatura lo ameritaba ¿Por qué?
Andrés Tomatis, propietario junto a su familia de un negocio en la costanera principal de Playas de Oro, dialogó con VíaCarlosPaz y expresó su preocupación por la quita de las parrillas en los asadores del balneario, que generó que muchos turistas se fueran del lugar y que no consuman en los comercios de la zona.
“Consideramos que el gran atractivo turístico que tiene este balneario son los servicios que brinda con respecto a otros, como los asadores, las mesas y las sillas que están bajo una gran sombra muy cerquita del río”, explicó. Pero este año ocurrió algo particular “abrimos el pasado fin de semana largo de diciembre y nos encontramos con que habían sacado las parrillas, por lo que hablamos con los inspectores municipales que estaban y nos dijeron que esto era una prueba para ver cómo se iba a ir manejando la gente durante la temporada de verano”.
Tomatis contó que lo que pasó fue que veían cómo la gente se iba, por lo que se trabajó en un 25 por ciento de lo que esperaban. “Veíamos que cada dos o tres autos que llegaban, uno se iba”, agregó. “Al fin de semana siguiente pasó lo mismo, los naranjitas tenían que informar y los turistas se molestaban mucho y se iban. Se va corriendo la bola y mucha gente no llega”, añadió indignado.
Según expuso el comerciante, el domingo pasado vieron cinco o seis autos en el balneario, cuando por la noche el centro estaba lleno de gente. Allí comenzó la preocupación, por lo que se comunicaron con el 147 para buscar alguna explicación: “cuando llamamos al 147 nos dicen que son disposiciones del Centro de Operaciones de Emergencia (COE), y cuando hablamos con ellos nos dicen que bajo ningún punto de vista”.
Al no tener un resultado, revisaron los decretos que sacó el COE sobre los protocolos, “hay unas normas generales que hablan de la limpieza y del distanciamiento social, lo cual con las mesas del balneario sí se aplicó, lo cual está perfecto, se anula una mesa si o una no, lo cual quedan distanciadas. Lo mismo se podría haber hecho con los parrilleros para que queden más separados y esperando su turno y demás”, analizó.
En síntesis, no hay un “por qué” concreto realmente y el fruto está siendo que la gente no vaya a ese balneario, perjudicando no sólo a los comerciantes, si no también a los naranjitas y a los vendedores ambulantes. “Nosotros tenemos un negocio de hace 11 años, que abrimos con mucho sacrificio, se trabajan unos meses nada más, pero se trabaja mucho y se deja de lado lo que uno hace el resto del año, y si esto continúa tendremos que evaluar en cerrarlo”, prosiguió Andrés. “Si eso continúa, para nosotros sería algo gravísimo, tememos que nos pase lo mismo que ocurrió hace unos años en el Fantasio, quitaron los asadores y todos los negocios tuvieron que irse”, concluyó.
El grupo de comerciantes continúan esperando una respuesta, y procuran tomar todas las medidas que sean necesarias para poder salvar a sus negocios, que le dan de comer directa o indirectamente a decenas de familias carlospacenses.