A pocas horas de la tan esperada Nochebuena y Navidad, con un tiempo que anticipa precipitaciones de variada intensidad desde este misma noche y durante gran parte de mañana 25, pudimos observar las ganas de ser disfrutadas luego de un año atestado de circunstancias, hechos y desenlaces impensados en un 2020 inédito a nivel mundial tras el arribo y propagación de la pandemia del coronavirus.
Este miércoles, las calles céntricas tanto en la zona transformada en peatonal durante el verano como el conocido “Centro Viejo”, se colmaron de familias enteras no solamente paseando y disfrutando de una tarde placentera bajo un clima ideal, sino que también acudiendo a esos sitios sugeridos en busca del obsequio o de aquellos detalles que faltaron comprar.
“La verdad que me vine al centro viejo pensando que iba a ver menos cantidad de gente ¡y está lleno! Eso me pasa por dejar todo a último momento”, cuenta una de las transeúntes, quien vive en Carlos Paz desde hace unos ocho años y a pocas cuadras de la peatonal.
Familias comprando, otras merendando o también cenando en los clásicos lugares de encuentro en plena zona céntrica. Otras personas buscando precios “porque todo está bastante caro” -se quejaba una mujer saliendo de un local comercial-; y con filas en los ingresos de algunas jugueterías, son algunas de las tantas postales que pensábamos que por la pandemia no se iban a vivir. Sin embargo, un número importante de vecinos y visitantes optaron por hacerlo, así como dicen algunos, “todo a última hora”.
Pero también nos encontramos con esa persona precavida: “Hice todo antes cuando no había nadie, solamente para no tener que salir. ¡Es un mundo de gente!”, cuenta Natalia, una carlospacense por adopción que prefirió “abrir el paraguas antes” -como diría el dicho popular-.
Filas de autos, con pocos lugares libres para estacionar, supermercados que aseguran que trabajaron casi al nivel de festividades anteriores; este miércoles todo pareció que estábamos viviendo una jornada normal en vísperas de Nochebuena anticipando la Navidad, inusual pero seguramente esperada por muchos y, por qué no, utilizada como ese momento propicio para renovar Fe y esperanzas.
“Algunas luces se apagaron en la villa, otras nuevas se encienden”, reflexiona Marco, un vecino que vio a Carlos Paz crecer con el correr de los años y que tras vivir uno más que atípico y lleno de incertidumbres, se encuentra con “locales grandes que cerraron y otros nuevos que abrieron”, haciendo alusión a los comercios que debido a la pandemia y sus consecuentes restricciones debieron cerrar sus puertas despidiéndose de décadas enteras de trabajo y mucho esfuerzo.
En cuanto a las medidas de bioseguridad exigidas en este contexto de pandemia, dejamos que las imágenes hablen por sí mismas. El anticipo de una temporada que pese a la crisis sanitaria actual, se aspira y todos los esfuerzos apuntan a que sea un verano exitoso.