Un auto Renault Kangoo incrustado en la propiedad del propio dueño del utilitario, fue el resultado de una maniobra delictiva inconclusa.
De acuerdo a fuentes extraoficiales, la tarde de este jueves se vio interrumpida para un hombre domiciliado en la calle Río Cuarto de esta ciudad, cuando de repente escuchó el ladrido de sus perros anunciando que algo inusual estaba sucediendo.
Al salir, con lo que se encontró fue de no creer: su propio vehículo, un Renault Kangoo gris, se encontraba impactado en su propia vivienda y sin nadie en su interior.
Sin saber qué fue lo que realmente pasó, se supone que un delincuente habría intentado llevarse el utilitario pero al parecer, no supo manejarlo o simplemente hizo una mala maniobra que desencadenó el accidente y derivó en su huida inminente.