El Durio Ziberthinus es una fruta exótica originaria de Asia. Tiene una extraña apariencia y un olor muy penetrante que pocos suelen aguantar. Sin embargo, quienes se atreven a probarlo pese al hedor que desprende, aseguran que es una delicia de sabor peculiar. El consumo y cultivo de este fruto es muy común en países como Malasia, India, Tailandia, Indonesia o Vietnam. Una de las características más interesantes es que solamente puede fructificar de una a dos veces al año y su proceso de maduración tarda tres meses.
Debido a su olor tan intenso y feo se ha prohibido en algunos aeropuertos, hoteles y el transporte público. Según algunos estudios científicos, el olor fuerte del durian sirve para atraer animales para que se lo coman y dispersen sus semillas. El Durián posee grandes propiedades antibacterianas, antifúngicas y antimicrobianas, además de contener ácido fólico, zinc, niacina, B6, vitamina A, riboflavina, tiamina y calcio entre algunos componentes, haciéndolo una excelente opción para diversos problemas de salud.
Crece en los árboles conocidos como durio y se encuentra presente en todo el sudeste asiático. Es una fruta fácil de reconocer, no sólo por su intenso olor, sino por su aspecto. Es de considerable tamaño (hasta 30 centímetros de largo), tiene forma alargada o redondeada y está cubierto por espinas. De hecho su nombre viene del malayo “duri”, que significa espina. La pulpa de esta fruta es carnosa y de un color entre amarillento y anaranjado, de sabor dulce, aunque de aroma difícil de soportar. Las personas que quieren comerlo lo tienen que hacer aguantando la respiración porque el hedor es insoportable para algunos.