Se trata de una empresa privada que opera tres satélites que orbitan a una altitud de 500 km, diseñados específicamente para la detección de gases de alta resolución. Dice que ha estado midiendo las emisiones de metano de las instalaciones hidroeléctricas, de petróleo y gas, de vertederos y de minería de carbón desde 2017. Incluos dice que la tecnología satelital en la que ha sido pionera puede identificar la fuente exacta incluso de pequeñas fugas.
En marzo, los satélites detectaron emisiones de metano provenientes de un área agrícola en el Valle de Joaquín de California.
Dice que el análisis luego confirmó que la fuente era un corral de engorde seis millas (10 km) al sureste de Bakersfield.
Se registraron cinco emisiones, cuyo tamaño oscilaba entre 361 y 668 kg/h.
Si se mantiene durante un año, dijo la compañía, esto daría como resultado la liberación de 5.116 toneladas de gas, suficiente para abastecer a 15.402 hogares.
Las soluciones prácticas para medir las emisiones más cerca del suelo han sido esquivas, señala la compañía: el monitoreo en tierra requiere mucha mano de obra y solo puede escanear áreas pequeñas. Los sensores montados en aeronaves pueden cubrir más terreno, pero también a un alto costo.
Dice que su trabajo ha demostrado que los satélites pueden monitorear miles de sitios, todos los días, a bajo costo y, por lo tanto, respaldar la acción climática inmediata.
Actualmente se están probando una variedad de técnicas para reducir las emisiones de metano del ganado, incluida la adición de pequeñas cantidades de algas marinas a su alimentación.
En California se han fijado objetivos para reducir las emisiones de los 1,4 millones de vacas lecheras del estado en un 40 % para 2030 en comparación con los valores de 2013.
En la cumbre climática mundial del año pasado en Glasgow, más de 100 países se comprometieron a reducir las emisiones de metano en un 30 por ciento.
La medición precisa de las emisiones es esencial para este proceso, tanto para comprender correctamente el nivel de emisiones que se producen como para permitir un seguimiento preciso del progreso hacia los objetivos de reducción.