Esto se debe a que la desinfección de los pezones antes del ordeño (pre-dipping) reduce la incidencia de inflamación en las glándulas mamarias, mientras que la adopción de cuidados antisépticos después del ordeño (post-dipping) evita que las bacterias alojadas en los pezones contaminen al rebaño.
De la misma forma, el cuidado del rebaño durante la época seca es fundamental para prevenir casos de mastitis bovina. Esto se debe a que las vacas secas son más susceptibles a desarrollar infecciones en las glándulas mamarias, debido a varios factores, como la mayor proliferación de bacterias provocadas por la retención de leche.
¿Cuál es el tratamiento de la mastitis bovina?
La profesora del curso de Veterinaria de la PUC-MG (Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais) Andrea Rentz, quien es especialista en el área de calidad de la leche, mastitis y epidemiología, explica que las acciones de control deben realizarse de acuerdo a la causa del problema. “Primero, es necesario identificar qué microorganismo causó la mastitis bovina. Este diagnóstico se puede obtener mediante un antibiograma y, en base a ello, el veterinario podrá indicar qué antibiótico para la mastitis bovina es el más adecuado”, explica Andrea.
Además de utilizar el medicamento correcto para la mastitis bovina, el tratamiento debe comenzar inmediatamente después del diagnóstico de la enfermedad y, preferiblemente, durante la lactancia. Este es el mejor momento para administrar el antibiótico, puesto que ofrece una mayor probabilidad de curación. Hay más de 100 tipos de bacterias que causan la enfermedad, lo que hace que el tratamiento de la mastitis bovina sea un desafío para la ganadería lechera. Evalúe el protocolo de tratamiento con su veterinario y comprenda por qué es tan importante que las vacas enfermas reciban la atención adecuada.