Estamos frente a una suba muy relacionada con los orígenes de la producción de alrededor del 30% o más según el canal de ventas, que si bien tiene un perfil muy coyuntural, ya se ha repetido hace varios años en los circuitos económicos del valor del tomate.
Si bien fue la mayor suba de todos los productos medidos en la media del rubro frutas y verduras (aprox.10,20%), fue el más se encareció.
El enganche de las zonas productoras donde una deja de entregar mercadería por otra que arranca su producción es una de las variables que mejor explica los cambios tan abruptos de precios.
Por otro lado se puede remarcar que si bien el Mercado Central sostiene que en esa entidad nadie controla ningún precio suele reconocerse que le es imposible competir con los mercados clandestinos de las organizaciones como la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), que de alguna forma puede ser vista como una competencia desleal y que puede terminar distorsionando a quienes operan bajo la órbita del Central, ente regulador de la oferta principalmente y gran concentrador de la demanda en el AMBA por lo cual es un termómetro fiel de los precios circulantes.
Donde Corrientes deje de producir y La Plata entre en juego todo debería tender a normalizarse. El combo de calor y frio subsiguientes fue una buena excusa para el retraso de la aparición de la producción del cinturón bonaerense así que le debemos dar un estricto carácter coyuntural a esta suba desmedida que no estamos disfrutando.
También el extraño diseño de los márgenes por parte de los minoristas marca un desacople real de los valores de la originación versus los de la comercialización, por ende tienden a aparecer valores más que distorsivos que son exhibidos sin ningún control y donde claramente quien gana mas no es el productor, sino la segunda cadena de ventas final que si bien tiene costos diferentes , no asume tantos riesgos como el que productor encara cada vez que se pone en marcha una producción agro biológica como la del tomate.
Y claramente sumemos a la pandemia como una lanzadora para que la gente cocinara mucho más en su casa que en ningún otro momento lo que inquieta a la demanda a estar más abastecida y por ende convalida los precios con algo de dolor de billetera.
Si bien estamos frente a un producto estacional, ya las variedades genéticas más los distintos lugares de la producción hacen al calendario del abastecimiento del tomate mucho más completo todo el año sobre todo teniendo en cuenta que es un habitante más que habitual de nuestra dieta.
Una buena restricción en el consumo por unos días más la aparición de otras fuentes de producción en el corto plazo harán que las cosas tiendan a normalizarse. Seguramente alguna mano por parte de la secretaria de comercio ayudaría a acortar la aparición de los precios más bajos en un plazo no muy largo.
Pero si el valor histórico de un dólar el kilo es la marca histórica a ser cumplida corremos riesgos de distorsiones mayores que no están en nuestro radar ya que la pregunta de rigor seria de cual dólar estamos hablando, ya que esta moneda participa desde la producción hasta la comercialización en toda la cadena de ventas del tomate y demás productos frutihortícola.