En una entrevista al Presidente de CEPA (Centro de Empresas Procesadoras Avícolas) Roberto Domenech remarcó que durante los primeros meses de la cuarentena el consumo de pollo subió hasta los 50 kilos por habitante al año, y mencionó los inconvenientes que tuvo el sector respecto al mercado internacional.
Domenech declaro que han atravesado la pandemia con subidas y bajadas, con dificultades y oportunidades. "Cuando arrancó la cuarentena tuvimos durante 30 días una demanda excepcional de pollos, porque la gente pensó que se iba a tener que quedar en la casa y no iba a poder salir a comprar, con lo cual el segundo mes de cuarentena fue una lágrima poder vender, porque la gente empezó a consumir lo stockeado. Así como el precio tuvo una reacción favorable, después fue desfavorable en forma importante".
También dijo que entre mayo y junio comenzaron inconvenientes con la exportación, porque China no bajaba los contenedores. Había mucho contenedor en el mar o en puertos previos a China. Más allá de los problemas que les generaba, empezaron a generarse otros problemas, como la baja de los precios internacionales, de la demanda y, por otro lado, no había contenedores ni siquiera para preparar la mercadería.
Con esto se llenaron las cámaras y la oferta aumentó en el mercado interno, que llegó a situarse en un consumo de kilos a 50 kilos por persona al año. Para llegar a 50 kilos involuntariamente tuvieron que subsidiar el precio, porque bajándolo el consumo crece y creció un 10%. Por eso, desde el consumo estuvo bien, pero desde la exportación tenían calculadas unas 25.000 toneladas por mes y hoy están en 19.000 o 21.000 toneladas.
A la pregunta de que si se ve horizonte de crecimiento en la participación en un escenario de post pandemia, ya que el pollo viene ganando lugar en la participación del consumo de carnes, el presidente de CEPA sostuvo que:
"Se debe traer como un hecho sumamente positivo a la Mesa de las Carnes, ya que esta ha situado a la carnes bovinas, porcinas, ovinas y de aves en un contexto de carne complementarias y no alternativas. Nos ha sacado de la confrontación y nos ha puesto en el terreno de que el mercado de carnes es Argentina y el mundo".
Dijo que cualquier crecimiento se va a dar a expensas de la otra carne, porque Argentina está en un techo de consumo de 120 kilos por habitante, que no lo tiene ningún país en el mundo. De esos 120 kilos, 50 kilos son de carne bovina, 50 de pollo, 17 de porcino y 2 o 3 kilos de ovina, a lo que hay que sumar el pescado.
Es importante que el consumidor haya diversificado la dieta. Desde que la carne bovina tomó precio internacional ha permitido a las demás carnes que, de alguna manera, sacaran el pie de encima que involuntariamente tenían puesto y ha permitido a las otras actividades crecer.
No es fácil exportar en Argentina:
"La producción de pollo tiene una dinámica tal que cuando vos estás en estos niveles de consumo, el mercado tuyo no puede ser solo el mercado interno. La genética va mejorando todos los años. El pollo, en vez de ganar 65 gramos por día hoy gana 68. Entonces tenés 3 gramos más por 870 millones de cabezas que faenamos en el año. Todo eso, si tenés solo el mercado interno, el crecimiento del consumo no lo absorbe. Entramos en sobreoferta solos. "