Plásticos en la agricultura y su posterior vida final

Varias empresas están investigando y empleando la mejor solución para cada tipo de material y aplicación, bien sea el reciclado mecánico, el químico o el biológico, ya teniendo un rol importante y reconocido por el productor que es parte de la cadena de reciclado.

Bolsas de semillas\nPhotographer: Diego Giudice/Bloomberg
Bolsas de semillas\nPhotographer: Diego Giudice/Bloomberg

Existen distintos tipos o familias de plásticos que, dependiendo de su composición química y sus propiedades, son adecuados para distintas aplicaciones.

Entre los más comunes, el polietileno (PE) es especialmente usado para envase y embalaje, el polipropileno (PP) en la industria del automóvil, el poli-cloruro de vinilo (PVC) en la construcción y el polietileno tereftalato (PET) en fibras para la industria textil.

A su vez, dentro de cada familia existen variedades o subfamilias. Por ejemplo, dentro del PE, existe el polietileno de alta densidad (HDPE), adecuado para envases rígidos como bidones o botellas, el polietileno de baja densidad (LDPE), adecuado para películas gruesas y resistentes, el polietileno lineal de baja densidad (LLDPE), adecuado para películas finas y ligeras, o los co polímeros etileno-acetato de vinilo (EVA), para películas muy transparentes y flexibles.

El uso de plásticos en el sector agrícola también es muy variado tanto en aplicaciones como en los materiales utilizados. Por ejemplo, el LDPE se utiliza para cubiertas de invernadero, el LLDPE en filme para acolchado ("mulching"), el HDPE en botellas y bidones, el PP para tejido no tejido y rafia para en-tutorado, o el poliestireno expandido (EPS, el "corcho blanco") para cajas espumadas, semilleros, etc.

Los plásticos pueden contener además distintos aditivos, pigmentos, etc. y al final de su vida útil suelen ir acompañados de restos de cultivos, suciedad, suelo, polvo, etc., lo que complica su procesamiento y requiere tratamientos previos de limpieza y separación antes de un reciclado estándar, bien sea mecánico o químico.

Problemas técnicos de manejo de la corriente de desechos y la eficiencia de costos no permiten una expansión más amplia de esta opción de reciclaje de los plásticos agrícolas.

Por otro lado, el uso de insectos para el tratamiento de diversos residuos orgánicos, tanto urbanos como de la industria agroalimentaria, es una técnica cada vez más utilizada en diversas partes del mundo.

Dependiendo del tipo de alimentación, los insectos pueden ser utilizados como fuente de proteínas para alimentación humana, del ganado o las mascotas, así como fuente de fertilizantes o de bio-materiales como la quitina.

El tratamiento de residuos plásticos utilizando insectos es aún incipiente, pero varios grupos de investigación y universidades ya lo están estudiando. Por ejemplo, se ha descrito que el gusano de la cera (larva de la polilla de la cera, Galleria mellonella) que habitualmente se alimenta de la cera de las colmenas, es capaz de degradar el polietileno.

gusano de la cera
gusano de la cera

En el mismo sentido, hay datos que apuntan a que la lombriz de tierra (lumbricus terrestris) podría procesar microplásticos de polietileno. Otras larvas como el gusano de la harina (Tenebrio molitor), el super-gusano (Zophobas atratus) o la del escarabajo de la cama (Alphitobius diaperinus) pueden alimentarse de poliestireno expandido.

En todos los casos, parece que el microbioma intestinal de estos insectos juega un papel importante en la degradación de estos plásticos.

Esta es más que una buena noticia.