Los preparativos para la conmemoración de los 500 años no han estado exentos de polémicas, ya que Portugal y España se disputan la autoría del viaje.
Además, varios organismos quieren postular los "lugares magallánicos" al reconocimiento que otorga la Unesco.
Un poco de Historia
Sevilla, España. 10 de agosto de 1519. Cinco naves --San Antonio, Trinidad, Concepción, Victoria y Santiago--, comandadas por el portugués Fernando de Magallanes, conforman la flota que pretende encontrar el camino hacia las Islas de las Especias por el oeste.
Frente a la negativa del rey portugués, Magallanes decidió españolizarse y ponerse al servicio del rey Carlos I, quien financió el 75% de la expedición.
Desde Sevilla, avanzan por el río Guadalquivir hasta llegar al puerto de Sanlúcar de Barrameda, donde ultiman los preparativos.
Las naves parten con cerca de 250 tripulantes. "El Capitán General Fernando de Magallanes había resuelto emprender un largo viaje por el Mar Océano. [...] Había resuelto también abrirse un camino que ningún navegante había conocido hasta entonces", escribió en su bitácora el italiano Antonio Pigafetta como una suerte de premonición. Sin saber que se demorarían tres años en volver, que regresaría una sola nave y que sobrevivirían 18 personas, desembarcaron un 20 de septiembre.
Una candidatura polémica
En junio de 2015 comenzó a fraguarse en las ciudades portuguesas de Sabrosa y Lisboa la idea de postular esta significativa ruta como Patrimonio de la Humanidad. Dos años después, Portugal incluyó la propuesta denominada "Ruta de Magallanes. Primera alrededor del Mundo" en la Lista Indicativa de la Unesco, el primer paso en este proceso. Ese mismo año, en 2017 en España, el Ayuntamiento de Sevilla aprobó, casi por unanimidad, la misma propuesta.
Por ejemplo, el año pasado se publicó "La vuelta al mundo de Magallanes-Elcano: la aventura imposible 1519-1522", libro coeditado por varios organismos españoles, tanto estatales como privados, donde se analizan distintos aspectos de la expedición europea.
Finalmente, en enero de este año, España y Portugal presentaron una candidatura conjunta. dice Rafael Crespo, coordinador de la organización internacional Red Mundial de Ciudades Magallánicas (RMCM), uno de los organismos precursores de la solicitud de la candidatura ante la Unesco.
"La aventura imposible"
No fue hasta el 13 de diciembre, 84 días después de haber salido del puerto español, que lograron desembarcar al otro lado del océano Atlántico y llegar a la zona de Río de Janeiro. Los lugares donde luego se emplazarían Montevideo, Colonia del Sacramento, Buenos Aires, Río de la Plata, Puerto San Julián, Puerto Santa Cruz y Río Gallegos fueron enclaves de la costa atlántica por los que pasó la flota de Magallanes. Hicieron falta 120 kilómetros más al sur para que el 21 de octubre de 1520 encontraran el paso que uniría los dos océanos.
Luego de 38 días de navegación por el estrecho, un 28 de noviembre de 1520, avistan el océano que luego se bautizaría como Pacífico.
Si bien habían logrado atravesar el estrecho --un paso difícil, antes desconocido y con tiempos generalmente malos y cambiantes-- los meses siguientes fueron una pesadilla. Desde la costa chilena hasta isla Guam (ver mapa) no tocaron tierra; solo avistaron algunas islas que, por falta de gente o ausencia de recursos, no eran de su interés.
Diario de Pigafetta
Pigafetta escribió en su bitácora: "Navegamos durante el espacio de tres meses y veinte días, sin probar ni un alimento fresco. El bizcocho que comíamos ya no era pan, sino un polvo mezclado de gusanos [...] y que además tenía un hedor insoportable por hallarse impregnado de orines de rata. El agua que nos veíamos obligados a beber estaba igualmente podrida y hedionda. [...] A menudo aún estábamos reducidos a alimentarnos de serrín, y hasta las ratas, tan repelentes para el hombre, habían llegado a ser un alimento tan delicado que se pagaba medio ducado por cada una. [...] No pienso que nadie en el porvenir ha de querer emprender semejante viaje".
El 6 de marzo de 1521 por fin lograron desembarcar en una isla del Pacífico Occidental que denominaron isla de los Ladrones, ya que "los isleños venían a nuestros barcos y robaban tan pronto una cosa como la otra, sin que pudiéramos impedirlo", escribió el italiano en su bitácora de viaje. Días después, en abril de 1521, Magallanes murió en manos de los indios en Mactán, Filipinas. El español de origen vasco Sebastián Elcano asumió el mando de la nave Victoria y, a pesar de que volver a Europa por Asia y África significaba pasar por dominio portugués y violar el Tratado de Tordesillas, no dudó en que era mejor opción que retornar por el estrecho. Para esquivar a los lusitanos, Elcano y su expedición evitaron las costas africanas, lo que les costó la vida a varios tripulantes por la falta de víveres.
El 6 de septiembre de 1522, la nao Victoria --la única que sobrevivió de las cinco -- llegó a Sanlúcar de Barrameda y la arrastraron río arriba, hasta que arribaron a Sevilla. Los 18 supervivientes fueron recibidos como héroes. Tal como le cuenta Sebastián Elcano al rey Carlos I de España en una carta, "aquello que más debemos estimar y tener es que hemos recorrido y descubierto toda la redondeza del mundo".
Fuente: María Piedad Jiménez Larraín para El Mercurio