Esta semana y luego de más de 8 años, el Municipio de Caleta Olivia logró poner en funcionamiento el primer colectivo de la empresa URBANO SE, a partir de la decisión del intendente Fernando Cotillo y de las gestiones de las Secretarías de Gobierno y de Servicios, a cargo de Pablo Calicate y Rubén Contreras.
Se trata de una de las unidades de menor antigüedad que, por el momento, podría ser utilizada para el trasporte interno de los empleados de la Comuna, pero que se presenta como la punta de lanza para que la ciudad recupere un servicio de pasajeros propio, como supo tener en la anterior gestión del intendente Cotillo.
Primero José Manuel Córdoba y luego Facundo Prades, durante sus mandatos y a partir de una mirada sesgada, optaron por mantener el conflicto de poderes sobre URBANO SE y priorizaron destinar el dinero de los contribuyentes a Autobuses Caleta Olivia y MAXIA SRL.
Dos empresas privadas que, pese a onerosos subsidios, durante los años que prestaron servicio mostraron poca eficiencia y puntualidad en los recorridos y no lograron continuidad ya que se fueron de la ciudad una vez terminados los mandatos de los intendentes que las trajeron.
Autobuses Caleta Olivia, la empresa que eligió Córdoba para dejar de lado a URBANO no contaba con antecedentes en Santa Cruz y terminó prestando un servicio deficitario. En el caso de MAXIA SRL, Prades concesionó el servicio a una empresa que solo contaba con $100.000 de capital accionario y a la que le prestó más de $9 millones para comenzar a operar, mediante un contrato leonino para el Municipio.
Además, los ex intendentes no dudaron en abandonar el patrimonio del Estado municipal y ejaron los colectivos de URBANO SE a la intemperie durante años, permitiendo que se desmantelara el patrimonio municipal de una empresa que supo ser eficiente y cortar una cantidad diaria de boletos que ninguna de las dos empresas privadas pudo igualar.