Mariel Salom y Ariel Gonzáles están juntos hace 15 años, son de Villa Urquiza, Capital Federal, y tienen una hija de 2 años, Emilia. A ambos siempre les gustó viajar y tenían en mente un proyecto después de la jubilación, pero optaron por adelantarlo por la pandemia de coronavirus y se lanzaron a conocer el país en su camioneta.
En medio de la pandemia, Ariel decidió comenzar terapia y contó que dentro de unos años quería armar un motorhome e irse a recorrer con su mujer. El psicólogo le explicó que la crisis sanitaria por el coronavirus evidenció que no todas las cosas que uno da por hecho están aseguradas: por eso se planteó la posibilidad de arrancar ese viaje antes y el 20 de julio del 2021 partió rumbo a Misiones.
Gonzales explicó que recorrieron toda la provincia, no solo los lugares turísticos. Sin embargo, antes de su travesía, habían viajado a otros sitios como San Pedro y San Antonio de Arecos para probar la camioneta.
Revolución viajera: el recorrido que hicieron por Argentina
Una vez listos se embarcaron sobre las cuatro ruedas: primero fueron a Misiones, luego Corrientes y Entre Ríos. Después visitaron la Patagonia: pasaron por Río Negro, Santa Cruz, llegaron a Tierra del Fuego, actualmente se encuentran en Chubut, pero su idea es ir hacia La Rioja y llegar al norte ya comenzado el otoño para no sufrir tanto el calor.
Y aunque esta travesía se centra en revalorizar el turismo y la cultura argentina, tienen planeado terminar en Machu Picchu, “la Ciudad Perdida de los Incas” en Perú.
Objetivos del viaje de la “Revolución Viajera”
Ambos viajeros en diálogo con Vía País comentaron que, más allá de su sueño de conocer todo el país, principalmente buscan poder criar a Emilia ellos mismos durante sus primeros años. Antes de esta aventura en motorhome, los dos trabajaban todo el día y verla crecer durante el viaje les alegra mucho.
Por otro lado, Gonzáles dijo que hay un montón de lugares dentro del país en donde se vive como en Europa y Estados Unidos en términos de seguridad y salud. “Queríamos salir de esa locura de la ciudad. Hay quienes viven en Buenos Aires y creen que Argentina es Buenos Aires o las grandes ciudades únicamente”, sostuvo.
Derribando mitos y obstáculos viajeros
Durante su travesía se encontraron con varios obstáculos, sobre todo mecánicos: que se descomponga la camioneta. Sin embargo, ahí es donde aparece la ayuda de la gente. “Cualquier viajero dirá que ya no busca recorrer tantos paisajes, sino conocer a quienes viven ahí”, sostuvo.
A su vez, la pareja dijo que “en el interior se abren las puertas de manera diferente”. Ambos contaron que muchas personas les permiten quedarse en sus casas para que descansen, aunque recién se hayan conocido.
Los miedos al momento de viajar en motorhome
Si bien Ariel renunció a su trabajo previo a realizar este viaje, Mariel pidió licencia sin goce de sueldo durante dos años, es decir, pasado ese tiempo (para el cual falta un año y medio) terminaría el viaje y ella deberá volver a su puesto o lo perderá.
“El principal temor que tuve fue perder la estabilidad que teníamos”, indicó Ariel en relación a sus trabajos. Luego agregó: “Después en el viaje son cosas un poco más de cuerpo, que se rompa la camioneta y no nos vengan a auxiliar”.
Mariel sostuvo que soltar los vínculos también les dio miedo. Salom aseguró que ellos vivían en una casa que compartía el predio con la familia de su pareja y eran como una comunidad. Alejarse de ellos les resultó difícil.
No obstante, aún frente a esto se sumergieron en una aventura a lo largo del país. Los viajeros insistieron en que no es necesario tener demasiados conocimientos en temas de mecánica, por ejemplo, ni ser de clase social alta para emprender esta travesía.
“Yo practico budismo hace años -arrancó diciendo Mariel-, mi maestro habla de la revolución humana como aquella que transforma de raíz cualquier circunstancia, cualquier obstáculo y que alienta a los demás. Cuando decidimos salir hubo un montón de dificultades y emociones, fue una real revolución que sigue transformando a nuestra familia en lo que nos hace felices”.
Tanto Mariel como Ariel aseguran que viajar es una inversión y les gustaría que su hija Emilia pueda vivir estas mismas experiencias cuando sea grande: que rompa con todos los miedos y mitos impuestos y, por supuesto, que se revolucione.