Una mujer de 69 años mató hoy de un balazo a su hijo de 47, hirió a su nuera sordomuda y se suicidó en una casa del partido bonaerense de General Guido, informaron fuentes policiales.
El hecho ocurrió esta madrugada, alrededor de la 1, en una vivienda de la calle Rivadavia al 300, en la planta urbana de la localidad de Labarden, en dicho partido ubicado unos 270 kilómetros al sureste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Fuentes policiales informaron a Télam que el caso comenzó cuando una joven de 25 años, sordomuda y con un bebé en brazos, se presentó en una sala de primeros auxilios de la zona con una herida de arma de fuego en la cabeza.
A pesar de estar lesionada, la mujer contó mediante escritura que en su domicilio de la calle Rivadavia al 300 había al menos otra persona baleada, por lo que los policías del Puesto de Vigilancia Labarden se dirigieron hasta dicho inmueble.
Al arribar, los efectivos hallaron en el patio a la suegra de la denunciante, una mujer de 69 años que yacía muerta de un tiro en la cabeza y junto a su cadáver un revólver calibre .32.
Según las fuentes, al inspeccionar el resto de la casa, los policías encontraron muerto en uno de los dormitorios al hijo de la fallecida, de 47 años, también con un balazo en el cráneo y semidesnudo, sobre la cama matrimonial.
Si bien los pesquisas aguardaban esta tarde la asistencia de un intéprete o un familiar para que la joven sordomuda explique lo sucedido, todo indica que su suegra mató a su hijo, la hirió y se suicidó con el mismo revólver, el cual fue secuestrado con tres vainas servidas, detallaron los voceros.
Además, en el lugar del hecho los peritos también se incautaron una escopeta calibre 16, cartuchos y un teléfono celular.
Por su parte, la joven sordomuda permanecía internada en el Hospital Interzonal General de Agudos de la ciudad de Mar del Plata, fuera de peligro y estable.
En tanto, su bebé, ileso, quedó preventivamente en observación en el Hospital de Maiú y al cuidado de una tía, añadieron los informantes.
La causa quedó a cargo del fiscal Diego Torres, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 del Departamento Judicial Dolores.
Para los investigadores, la principal hipótesis apunta a que el móvil del crimen fueron problemas familiares de antigua data, ya que ninguno de los involucrados tenía antecedentes penales.