Un grupo de empleadas domésticas tomó la decisión de cortar el ingreso al complejo de barrios privados de Nordelta, uno de los más caros de la zona norte de Buenos Aires, para dar a conocer una situación de discriminación: no las dejan viajar en el mismo micro que sus patrones.
De acuerdo a lo revelado por una de las mujeres a La Izquierda Diario, para llegar a su trabajo deben tomar una línea de micros privada que tiene algunas paradas en la Ciudad de Buenos Aires e ingresa al complejo, que tiene más de 23 barrios adentro. El problema es que desde hace unos meses comenzaron a notar que los micros no les paran o no las dejan subir.
"Tienen prejuicios contra nosotras pero para sacarles la mugre y criarle los hijos no tienen prejuicios", grita furiosa una de las empleadas domésticas y agrega: "Si no viajamos nosotras no viaja nadie. Estoy cansada de que nos discriminen".
Una de las mujeres que formó parte de la protesta, cuya identidad es reservada para evitar cualquier represalia por parte de su patrón, contó: "En la espera suelen pasar micros de capital y nos no quieren parar más, y si paran a recoger a un propietario, cuando subimos nos obligan a bajar diciendo que no podemos viajar paradas. Se contradicen porque cuando llega un colectivo interno (donde no viajan los dueños de las casas), viajamos como ganado".
A su vez, las empleadas contaron que se enteraron de "que la verdad es que no nos dejan viajar en esos micros, con profesionales o propietarios, porque en una reunión de vecinos 'nordelteños' dijeron bien claro que los vecinos no quieren viajar más con nosotras porque dicen que olemos mal y hablamos mucho".
"Este acto de segregación no demuestra más que lo que ya sabemos", sentencia la mujer, visiblemente molesta, quien también denuncia la hipocresía de esta gente que siente rechazo por ellas para compartir un micro pero que no tiene problema de dejarles a su cargo la crianza de sus hijos "a cambio de salarios de miserarables".
No es la primera vez que este complejo es noticia por temas de discriminación. Hace un tiempo, un audio conocido como "La cheta de Nordelta" se hizo viral por su contenido en el que una vecina de este lugar decía que no le "divertía" estar en Nordelta mirando el lago "viendo gente en una reposera en el muelle tomando mate, como si fuera la Bristol de Mar del Plata".