Facundo Serrato fue atropellado por un colectivo en 2010 cuando caminaba de la mano de su mamá (quien también llevaba en brazos a su hermanita de seis meses) por las calles de Palermo. Tenía cinco años y su vida terminó cuando el chofer de la línea 15, Carlos Verón, cruzó en rojo un semáforo a alta velocidad y lo impactó.
Su familia pidió justicia durante ocho largos años y, horas antes de que lo condenaran a cuatro años y tres meses de prisión, alguien le avisó y Verón se tomó un avión hacia Colombia. Estuvo prófugo durante una semana hasta que volvió e Interpol pudo capturarlo este fin de semana en el aeropuerto de Ezeiza.
El hombre tenía una orden de captura internacional con "circular roja" y lo detuvieron apenas bajó del vuelo en la puerta 45 de la terminal.
"En memoria de mi hijo, está donde tiene que estar, preso", dijo a Telefé Gustavo, el papá de la víctima, después de conocer la noticia de la detención. "Tendría que estar en la cárcel desde el primer día porque mató a mi hijo, pero, sin embargo, estuvo ocho años libre por la culpa de la Justicia y por culpa del sistema", reclamó.
Ahora el exchofer de la línea 15 comenzará a cumplir su condena.