Dormir en la calle nunca es un buena elección. Cuando las temperaturas empiezan a bajar o el calor es insoportable, son muchas las personas que ponen su energía en ayudar a los que menos tienen a combatirlas. Algunos juntan, reciclan y donan ropa; otros salen a recorrer la ciudad y llevan un plato de comida a quienes están durmiendo en la calle.
En el quinto de piso de Callao y Santa Fe, el aroma a comida invade el edificio. Como todos los lunes, desde hace seis años, tampoco llovió. Los chicos de la organización Olla Solidaria, ya tienen preparados sus carritos, los termos y los platos descartables. En una hora, cuando terminen de cocinar las pastas con salsa, salen a recorrer en dos grupos diferentes el barrio de Recoleta y a darles la cena a personas que no tienen techo.
En el año 2010, la Legislatura porteña sancionó la ley 3.706. La misma considera persona en situación de calle a "los hombres o mujeres adultos o grupo familiar, sin distinción de género u origen que habiten en la calle o espacios públicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en forma transitoria o permanente y/o que utilicen o no la red de alojamiento nocturno".
Según el último censo del Ministerio de Hábita porteño, en abril, hay 1091 personas en situación de calle en la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, el primer Censo Popular en la capital demostró que son 4.394 personas que viven esa condición. Sin embargo, diferentes organizaciones refutan el número y consideran que el número real es mayor.
Olla Solidaria comenzó en el 2013 y cada año suman nuevos voluntarios. "Cuando terminé el secundario, me puse a pensar que quería ayudar o hacer algo. Así surgió Olla con mi primo Martín y quedó los lunes porque era el único día que podíamos", cuenta Santiago.
El grupo se financia a través de donaciones, que las consiguen del "boca o en boca" o por las redes sociales. "Nosotros le damos a comer más o menos a 30 personas. Algunos están desde que comenzamos y otros son más nuevos", cuenta Inés, que conoció a los chicos porque su primo la invitó un lunes a participar.
Vivir en la calle es un universo armado de mundos infinitamente diversos, que conviven como pueden. El laburante que quedó en la calle post crisis 2001, los pibes que cayeron en el paco, el abuelo que no tiene familia.
Las historias que se escuchan en cada cuadra son todas diferentes, todas brutales, pero las atraviesa un lugar común: no tener un techo propio donde vivir.
La comida esta lista, el menú de este lunes de 5° es fideos con salsa bolognesa. Apilan los platos descartables, llevan los dos termos con agua caliente para el mate cocido y la gaseosa. Comienza el recorrido.
Este año, la organización realizó una "Campaña contra el frío", en la que juntaron ropa de abrigo de personas que quisieran donar. "¿Tenés guantes?", preguntó uno. "No trajimos nada de ropa hoy, pero el lunes que viene te traigo sin falta", respondió Santiago. "Gracias, porque este frío me está dejando sin manos", dijo entre risas.
En medio de la ola de frío, desde hace algunos funciona el programa "Buenos Aires Presente" (BAP), que asiste a personas que están en esta situación, llamando al 108.
La tarea termina dos horas después. Con el carrito vacío y con la satisfacción de saber que hoy también ayudaron a quienes más necesitan.