Cuando Fabián era chico, su madre estuvo mucho tiempo internada por diversos problemas renales, y a partir de allí supo que quería convertirse en enfermero. Pero ya dentro de la facultad, se quedó sin trabajo y tuvo que buscar la forma para seguir estudiando.
Fabián encontró la solución en una estación de subte de la línea A, donde comenzó a vender sándwiches todos los días. Tras dos años, se recibió el pasado 2 de agosto y el título ya está en trámite.
"Este fue mi lugar de trabajo, mi lugar de sustento que me sacó de esa necesidad que tenía", dijo en diálogo con el programa de TN, Arriba Argentinos. La semana pasada fue la última vez que el joven vendió sándwiches en la estación.
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