El consejo superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) tomó este miércoles dos drásticas medidas que podrían provocar una lluvia de críticas en su contra.
Mientras que por un lado decidió revocarle a la Federación Universitaria de la UBA (FUBA) el permiso de venta y fotocopiado de apuntes para entregarle de forma "precaria" esa actividad a Eudeba (editorial de esa casa de estudios), también le reclamó al Conicet que cumpla con el 100% del presupuesto asignado de este año para los institutos de investigación.
"La pelea política está bien, pero no habrá más discusión por la caja", explicaron a La Nación fuentes vinculadas al Consejo, respecto a la medida tomada en busca de zanjar el conflicto entre las anteriores y las actuales autoridades que representan a los estudiantes.
Esta situación se da después de que en junio pasado cambiara la conducción de la FUBA, tras 17 años de ser encabezada por la izquierda. No obstante la vieja conducción, liderada por Francisco Strambini (Ingeniería), todavía no entregó las 15 fotocopiadoras que funcionan en las sedes del Ciclo Básico Común (CBC), en las que estudian unos 70 mil alumnos.
Además, se determinó que la FUBA sólo contará con un local, ubicado en Uriburu 920, "exclusivamente para fines gremiales".
En consecuencia, Eudeba tomará la posta y el dinero recaudado será "transferido para ampliar los montos y cantidad de beneficiarios de las Becas de ayuda Económica Sarmiento" para apoyar a estudiantes en situación de vulnerabilidad.
Asimismo, a partir del 1° de enero próximo, el personal docente de pregrado, grado y los colegios secundarios dependientes de la UBA "deberán publicar los materiales para la enseñanza en la página web de las diferentes dependencias académicas en las que se desarrollen tales actividades".
En cuanto al reclamo al Conicet, se requirió que este organismo cumpla "con las obligaciones asumidas en los convenios vigentes".