Incertidumbre y tristeza seguramente sean los sentimientos que en este momento tienen los familiares de Joaquín Cesar Martínez, un joven de 21 que apareció muerto este jueves en una plaza del barrio porteño de Palermo.
El joven de 21 años, que había salido de su casa para ir al profesorado, fue hallado esa misma noche muerto en una plaza ubicada en Medrano y Costa Rica y con un golpe en la cabeza.
Apenas una hora después de que Joaquín se vaya a estudiar, los padres fueron notificados de su muerte. Al llegar al lugar, la policía ya estaba levantando el cuerpo y lo reconocieron por las zapatillas que llevaba puestas.
"Lo llevaron a la guardia, no encontraron ningún tipo de droga, si tenía alcohol en sangre", indicó la madre del joven a los medios, y añadió: "No nos dan más información. Estamos desesperados".
Un dato que se sumó a la investigación en los últimos días es la pintada en inglés que Joaquín escribió en la pared de su casa antes de su muerte: "Este soy yo, quiero volver a casa, usted debe saberlo".
"Joaquín no consumía drogas, no le gustaba ir a boliches, era muy puntual cuando iba al profesorado, no salía ni un minuto antes, ni uno después", aseguró su mamá en relación a la inscripción que aún no tiene explicación.
El calvario para la familia Martínez había comenzado 48 horas antes del fallecimiento de Joaquín ya que Sara, su hermana de 14 años, desapareció y no se sabía nada de su paradero.
Mediante una intensa búsqueda por redes sociales, la adolescente fue encontrada sana y salva.