Dylan Uriel Marchionif, de 6 años, entró a la guardia del Hospital Eduardo Oller de Solano muerto. Tenía signos de haber sido maniatado con precintos, varios huesos fracturados y hasta lo habían quemado con agua hirviendo. Su mamá y su padrastro fueron detenidos, acusados de haberlo matado porque "no hacía caso".
Los adultos se excusaron y dijeron que alguien había ingresado a su casa. Pero su coartada se cayó: el nene era víctima de la violencia física y psicológica a la que lo sometía su madre y el novio de ella porque, supuestamente, era muy desobediente.
La causa recayó en el fiscal de Quilmes Jorge Saizar, quien ordenó la inmediata detención de la pareja y un allanamiento en la casa donde vivían. En el lugar secuestraron ropa manchada con sangre, que sería del menor asesinado.