Carla Morrison, la hipnótica voz que llega de México

La cantante vuelve al país para presentar sus íntimas canciones que la llevaron a conseguir un público fiel en todo el continente. "Venía con los ánimos abajo por lo del terremoto pero al llegar aquí reviví", dice la intérprete en una larga e interesante charla.

Carla Morrison, la hipnótica voz que llega de México
Carla Morrison

Por Dario Doallo (ddoallo@larazon.com.ar)

La misma sinceridad que la mexicana Carla Morrison muestra en sus canciones es la que se percibe al tenerla enfrente y hablar con ella. Así como sus letras, vestidas con su bella e hipnótica voz, expresan sin reparos sus frustraciones, dudas, sentimientos y emociones; algo similar hace al hablar, logrando que cada frase suya resulte interesante y genuina, algo difícil de percibir en artistas de estos tiempos.

Dos horas después del fuerte terremoto en la Ciudad de México, Carla tomó el avión, aún en estado de shock, rumbo a Perú para iniciar su gira sudamericana que mañana llegará a La Trastienda. Ayer estuvo en Rosario, hoy en Córdoba y el domingo cerrará en La Plata. Esta es su tercera visita al país y en cada oportunidad sus presentaciones y público aumentan, arrastrados por su último disco, "Amor Supremo" -más eléctrico que sus sonidos anteriores-, pero también por sus primeros temas, como "Disfruto", "Pajarito del amor", "Déjenme llorar", "Compartir" o "Hasta la piel", canciones tristes y de amor que resultan confortantes. "Nunca había vivido un terremoto y fue algo muy fuerte. Fue doloroso irme pero tenía que hacerlo porque no quería decepcionar a mis fans y como líder de mi proyecto, no quería que mi equipo se quedara sin trabajo. Ya ayudé económicamente y pronto regresaré para ayudar como haga falta, estoy dispuesta a cantar donde me digan", cuenta, aún dolida, la nacida en Tecate, un pequeño pueblo del norte de México, de 31 años.

"Venía con los ánimos abajo pero cuando llegué acá reviví un poco. Este es un lugar que me inspira mucho, la gente es alegre, todos me hacen reír", agrega Carla, que luego confiesa que la conexión con Argentina la tiene desde chica y luego se potenció con la figura de Gustavo Cerati. "Me hubiera encantando cantar con él. Eso hubiera sido muy lindo porque soy muy fan. Cerati me ha inspirado a ser yo misma y eso me encanta. Escucho sus discos y digo: 'No mames'. ¡Cómo se le ocurrió esto en los 90! Es muy innovador. Siempre quise tener el perfil de artista respetado que él logró".

En resumen, Carla a los 16 años decidió cruzar a los Estados Unidos para estudiar música, algo que no prosperó, y terminó trabajando durante seis años en una tienda de ropa, hasta que hizo un click y tomó su guitarra para volver a su pueblo. En su casa grabó un disco ("Aprendiendo a aprender"), que explotó vía internet y la llevó a presentarse en el festival Coachella. De ahí en más su carrera no paró de crecer, siempre con ella como responsable de todas las decisiones. "Como artista independiente debo estar en absolutamente todo y es agotador. Pero ninguna discográfica sentí que me comprenda. Si quiero quitarme peso de encima pero tampoco quiero darle el mando de mi proyecto a alguien que por ahí ni le gustan mis canciones. No he sentido ese apoyo o que me vean como una aristas más que una cantidad de discos vendidos".

¿Cómo fue el momento que dijiste dejar la tienda de ropa?

Mi trabajo era bueno, pero yo no estaba del todo feliz. Sentía que no estaba cumpliendo mi sueño. Aparte los gringos son de vivir para trabajar y eso en mí no cuadraba. Empecé a sentir mucha ansiedad, ataques de pánico, y un día abrí con desesperación la Biblia, que nunca la había abierto, y leí: “Para qué quieres el mundo entero si no te tienes a tí misma”. Y ahí dije: “Me vuelvo a México”. Enfrenté todas las críticas por esa decisión pero me salió bien.

Lila Downs, Natalia Lafourcade, Julieta Venegas, Mon Laferte, que está radicada allí, vos... ¿Por qué las voces femeninas vienen de allá?

La verdad es que no le encuentro mucha explicación. Sólo era momento. Creo que las mujeres tenemos muchos talentos, aparte de dar vida, algo ya de por sí muy importante. Entonces creo que es algo que iba a pasar. Y no solamente son las mujeres que estamos arriba del escenario, sino las mujeres que están en el público, que dijeron ‘queremos escuchar a estas chicas’. Yo soy feminista y quiero igualdad. Pero por sobre todo tengo en claro que quiero que un hombre me trate bien. Me gusta que me traten como una flor pero también quiero que cuando diga algo me tomen en cuenta.

https://www.youtube.com/watch?v=sdhep5OaAC0

¿Hay mucho machismo en el mundo de la industria musical?

Siento que está muy dentro del adn de los hombres. 'Es que yo te protejo, es que tu no sabes'. '¿Y quién dijo que yo no sé?'. En la frontera en México nos crían para ser muy bravas, por eso nunca vi ese tipo de cosas como un freno. Aunque siempre lo viví, no fue algo que me atemorizó. Por eso en la industria, cuando me pasa algo así, digo 'tu no sabes más que yo'. Es algo que vives, pero lo importante es no lidiar con eso, si alguien dice algo de ese estilo se sale de mi grupo de trabajo. Yo necesito que nos veamos como iguales. Por eso si un hombre me hace sentir que no valgo no pierdo tiempo en ofenderme.

Se nota que te interesa que tu público sepa que estás muy involucrada con la lucha de género...

Siento que el artista no debe hablar de su música políticamente, pero sí que es importante que subliminalmente esté ahí. Sí, me gusta luchar por la diversidad en las mujeres, el poder de la mujer... siempre estoy involucrada. Por ejemplo yo en Estados Unidos viví seis años y hablar de sexo con alguien era como hablar de un sándwich y en México me pasaba todo lo contrario. Ahora me asocié con una campaña que habla sobre el VIH y yo les decía a las chicas que lleven sus condones y 'puteen', que no pasa nada, es parte de las necesidades humanas y es muy rico, je. Trato de que sea normal hablar de esos temas. En diferentes partes de mi trinchera... porque pertenezco a muchas minorías, me gusta concientizar a la gente que si yo estoy allá arriba, y que soy enanina, gordita, que tengo tatuajes, que no soy perfecta, que soy de un pueblo, es importante que la gente vea ese ejemplo. Eso no es solo salir a cantar de política, hay maneras. Hay que apelar a la creatividad para que se enteren de las cosas por las que lucho.

Te has definido como una mujer sufrida y eso lo demuestras en las canciones. Pero también parecería que te reservas muchas cosas. ¿Es así?

Definitivamente no quiero que mi perfil sea como sufrido. Me gustaría que sea real, porque todas las mujeres somos así, solo que algunas lo esconden muy bien. Yo trato de mostrar que soy igual a mi público, que también la paso mal en momentos. Y hay muchas cosas de las que no tengo problema de hablar y en otras me reservo conscientemente porque creo que tengo todo el derecho de hacerlo, porque hoy en día se comparte tanto y me gusta que haya un poquito de misterio. Las cosas irán saliendo en su momento, sin prisa. Un ejemplo es que hace poco hice una charla TED que aún no ha salido... A mí de chiquita me abusaron sexualmente y elegí hablar de eso, algo que nunca había hecho, porque me pareció importante para esa charla.

¿Te costó hablar del tema?

Me costó porque no quería que fuera tomado de una manera oportunista. No quería presentarme como víctima, sino como algo que es parte de mi camino. En esa charla hablo de lo que es ser artista independiente y de quien dependo. Y hablo de todo lo que eso conlleva profesionalmente y emocionalmente. Era sensibilizar el tema que yo viví y como hay limitantes en el exterior pero también en el interior, como tu cabeza puede ser tu cárcel. Entonces tu decides si dependes de tus pensamientos o si te sobrepones y luchas para salir para adelante. Pero por ser artistas no quiere decir que todo me sale bien, quería demostrar que tengo mis cosas, mis derrotas, pero sin victimizarme. Aunque fui una víctima en ese momento, no lo soy ahora.

¿Te cambió contarlo o es algo que lo tenías asumido?

Lo tengo trabajo. Aunque definitivamente es algo con lo que vivo todos los días. Pero sentí que debía hacerlo para que le sirva a alguien.

Carla Morrison, una mujer que se disfruta mucho escucharla cantar pero, sin dudas, también vale la pena -y mucho- escucharla hablar.

https://www.youtube.com/watch?v=_ruEj-XK1lA