Una familia vivió una secuencia de terror el sábado por la tarde, cuando seis delincuentes ingresaron a su casa de Ramos Mejía, y les pidieron 50.000 dólares, que nadie tenía. Al parecer, los ladrones se habrían confundido de casa.
En la casa estaba una mujer y sus dos hijos varones, uno de ellos con la novia, que estaba de visita. Ocurrió alrededor de las 14.30 en una casa de Agustín D'Elía y Moreno.
"Era un robo comando, estaban muy bien organizados. Pero se habían equivocado de casa. Abrieron la puerta con una barreta y tenían intercomunicadores", contó Mari, la víctima, a TN.
"Desde afuera les decían que estaba todo limpio, que podían trabajar tranquilos. Estuvieron entre las 14:40 y las 16, e hicieron lo que quisieron", agregó la mujer.
"Habíamos terminado de almorzar y yo estaba cocinando unas galletitas. Cuando fui a colgar la ropa, un hombre me tomó de los hombros, me apuntó con un arma y me dijo que tenían el dato de que mi marido tenía 50 mil dólares", narró Mari.
Ella le explicó que su marido había muerto hace seis meses y que no tenían -ni nunca habían tenido- esa cantidad de dinero. Entonces el hijo mayor de Mari intervino, y un segundo delincuente lo amenazó con un arma.
"Entonces uno de ellos le puso el arma en el cuello y lo siguió para que le diera el dinero", contó la mujer.
Mientras, otro delincuente redujo al hijo menor que estaba con su novia en la habitación. "A él lo golpearon mucho. A la novia por suerte no la golpearon, estaba con un ataque de llanto sentada en la cama", contó la mujer.
"El más chiquito, que organizaba el robo, tenía la cara descubierta. Me pedía que no lo viera", contó la mujer sobre la banda, y dijo que todos tenían tapabocas menos el "líder".
Según contó la víctima, los ladrones los encerraron a todos en una de las habitaciones y revisaron la casa en busca de dinero. También que los intrusos limpiaron todo lo que tocaron con alcohol en gel y les dijeron que esperaran 10 minutos para salir: "Eso hicimos y enseguida llamamos al 911. Tuvimos que llamar tres veces porque no nos atendían, era desesperante".
"Hicieron un desastre y se llevaron todo, computadoras de mis hijos, teléfonos celulares, hasta ropa, se fueron con las camperas de ellos puestas. También se robaron plata ahorrada de mi hijo menor que trabaja desde los 18 años y plata mía de todos los días", detalló.
"Yo lo único que pido con mucho respeto, a los que nos gobiernan, es que nos cuiden. Si una patrulla hubiera pasado por esta esquina a la tarde, habría visto a los delincuentes con la barreta o al menos habría visto dos autos sospechosos o a unos hombres saliendo con bolsos negros de una casa", reclamó la mujer.