Por Claudio Gómez
Así como sucedió en el Gobierno nacional con los ministros Esteban Bullrich (Educación), Julio Martínez (Defensa) y José Cano (Plan Belgrano), la Ciudad también aportó a uno de los suyos para conformar las listas oficiales. Ese es el caso de Andrés "Andy" Freire, ministro -en licencia- de Modernización, Innovación y Tecnología que encabeza la nómina a legisladores porteños de Vamos Juntos, la versión capitalina de Cambiemos pero sin la pata radical. "Representar al equipo en las elecciones es una linda experiencia, estoy listo para aprender y contribuir", señala.
¿Qué te llevó a dejar tu cargo y aceptar la candidatura?
Priorizar la agenda del grupo y no la mía. Hay que entender que los objetivos personales y los colectivos a veces están alineados y a veces no. Yo estaba feliz y muy entusiasmado gestionando el ministerio, pero cuando se plantea que la mejor forma de contribuir es desde la Legislatura, prioricé el interés del equipo.
¿Es una ventaja compartir una lista con Elisa Carrió, que va como primera candidata a diputada nacional?
Es un gran honor estar con “Lilita”. Ahora están saliendo a la luz muchas denuncias que ella hizo cuando no era popular hacerlo, cuando sacaba el 3% de los votos y estaba sola. Merece el reconocimiento.
Andy es un emprendedor. Tras recibirse con honores como Licenciado de Economía en la Universidad de San Andrés, comenzó su carrera trabajando para la multinacional Procter & Gamble (P&G), pero a los 24 años decidió hacer su propio camino y co-fundó Officenet, una compañía que revolucionó la industria de distribución de material de oficina en Latinoamérica.
Hoy, desde la política, cuenta su historia como un mensaje de optimismo. “Cuando empecé a emprender, en 1996, estábamos entrando a una recesión y después vino la crisis del 2001. Gané una beca para estudiar y tuve que pedir prestado para viajar a Estados Unidos a analizar el mercado de oficinas. Lo que quiero transmitir es que con trabajo y esfuerzo, todo se logra”, precisa.
¿Cuáles son tus propuestas para los emprendedores y las Pymes?
Aprobar en la Ciudad la ley de Emprendedores y la ley PYME, que va a permitir que paguen su IVA a 90 días y puedan acceder a ciertas exenciones impositivas. Hay que descomprimir la presión tributaria que está asfixiando al sector. No deja de ser cierto que hoy el Estado más que ser tu socio es tu carrera de obstáculos. El Estado tiene que ayudarte a crecer y dejarte volar. Y cuando el proyecto realmente sea grande, ahí sentarse a negociar. Es preferible el 5% del océano antes que el 100% de la pileta de casa.
Una de tus críticas es que Argentina está atrasada en innovación.
Falta formar en las carreras del futuro. En 15 años, la mitad de las profesiones que van a ser necesarias aún no se crearon. En las escuelas hay que enseñar programación como matemática. Las universidades tienen que cambiar sus programas de estudios para que no sean carreras de cinco años, porque en el mundo actual, cuando llegás a quinto año, lo que aprendiste en primero o segundo ya no te sirve. Hay que apuntar a más infraestructura tecnológica. Wifi en los barrios más desfavorecidos, lanzar aplicaciones que te ayuden. Por ejemplo, al “Cómo Llego” le vamos a agregar un predictivo estilo Waze que va a indicar cuánto va a tardar el colectivo que estás esperando. A una mujer, a la noche, que tiene que volver a su casa, le cambia la vida. Es una fuente de seguridad, usando la tecnología.
En un contexto de crecimiento económico que aún no se siente en la calle, ¿creés que el "voto bolsillo" los puede perjudicar?
La gente está aprendiendo a diferenciar la foto de la película. Venimos de un gobierno que te vendía una foto optimista y la película era de terror. Ahora, se está aprendiendo a ver la película y se siente que los próximos capítulos son muy buenos. Ese nivel de consciencia está haciendo que los argentinos se despeguen un poquito de la economía. La metáfora en la Ciudad es el Metrobús de la 9 de Julio. Las obras fueron molestas en su momento pero ahora se viaja mucho mejor. O los trabajos para evitar inundaciones, que parecían una perdida de tiempo y muchos barrios ya dejaron de inundarse. Hay que entender lo desastrosa que iba a ser la película y el ejemplo es mirando la situación en Venezuela. Argentina era un avión a un metro del piso y apuntando hacia abajo. Ahora recuperamos las variables de control del piloto y estamos empezando a planear hacia una futuro espectacular.