Casa 3 de mayo se festeja en Argentina el Día de la Milanesa, en honor a una de las comidas más deliciosas de nuestra cultura gastronómica y cuyo origen tiene diferentes versiones.
Su nombre porviene de la ciudad de Milán, en italia y se convirtió en un plato tradicional con la gran inmigraión del siglo XIX, "conquistando" los territorios de Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia.
La versión "napolitana" de este exquisito plato se originó en la ciudad de Buenos Aires, en un viejo restaurante llamado Nápoli, ubicado frente al estadio Luna Park, que si bien ya no funciona, dejó un legado imborrable en el paladar de los porteños.
Cómo preparar la milanesa pefecta:
» Lo primero que tenés que hacer es elegir el tipo de carne. La ideal es la nalga, el lomo, o el peceto y los bifes tienen que tener poco menos de un centímetro de espesor.
» Para el adobo, los condimentos clásicos para acompañar al huevo son la sal, el perejil y el ajo.
» Hacer una preparación con huevos, sal, pimienta y ají molido. Para que la prepareación sea perfecta, se le puede agregá ajo y perejil picados (aunque la versión de estos condimentos deshidratados también es aceptable). También se le puede agregar al adobo unas gotitas de limón o vinagre para tiernizar la carne.
» Para que la unión entre el huevo y el pan sea perfecta, se recomienda agregar al adobo 100 cc de leche cada 2 huevos.
» Para resaltar el sabor, hay que dejar las láminas de carne en el preparado durante media hora dentro de la heladera.
» Para un sabor más intenso, se puede agregár al pan rallado perejil y ajo naturales, picados bien chiquitos.
» Cuando ya transcurrió la media hora, se toman las lámias de carne impregnadas con el adobo de huevo y condimentos y se la coloca en una fuete con pan rallado y se cubre por completo, presionando con el puño la parte de arriba. Luego se da buelta la carne y se hace lo mismo.
» Cuando las milanesas ya están listas para ser cocinadas, se calienta aceite en una sartén o en una fuente en el horno a fuego fuerte. Cuando el aceite está caliente, se colonan las milanesas y, en poco tiempo se dan vuelta.
Son tan ricas que casi no tenemos pretensiones a la hora de comerlas. La guarnición ideal por excelencia son las papas fritas.
Cómio hacer las papas fritas de tus sueños
Bélgica y Francia se disputan el origen de la papa frita. En las calles de Bruselas es posible encontrar puestos de venta callejera que hacen honor a este alimento con un sabor inigualable. La diferencia entre ambos países es el método de cocción: en Francia se fríen en dos momentos.
El libro de cocina de Le Cordon Bleu, considerado uno de los manuales de cualquier buen cocinero que se precie, explica que las papas fritas se pueden cortar de diferentes formas para freír: desde las comunes cortadas en tiras hasta las gaufrettes.
“Pélelas y córtelas dándoles un tamaño y grosor uniformes. Sumérjalas en agua acidulada (un litro y 3 cucharadas de vinagre o limón) a medida que trabaja para evitar que se oxiden. De esta forma también desprenderán parte de su almidón, lo que ayudará a que queden bien crujientes. Escúrralas y séquelas bien antes de freírlas”, indica.
Para hacerlas según el método francés. Con este método las papas se fríen dos veces para conferirles un acabado más crujiente. Primero se fríen hasta ablandarlas y se dejan enfriar, y a continuación se fríen de nuevo a una temperatura más elevada.
Caliente el aceite a 160 grados, sumerja las papas y fríalas entre cinco y seis minutos; retírelas, escúrralas y déjelas enfriar. Después aumente la temperatura a 180 grados, sumerja de nuevo las papas y fríalas entre uno y dos minutos hasta que estén crujientes.