Finalmente, el permiso de circulación que se iba a implementar para los mayores del 70 años en la Ciudad de Buenos Aires, será una sugerencia y no una imposición, adelantó Télam. En conferencia de prensa, Horacio Rodríguez Larreta pidió que avisen cuando quieran salir.
"Ya ha habido más de 3500 llamados al 147", anunció Larreta. "Muestra que hay conciencia en la gente por esta preocupación que tenemos por el cuidado de los mayores. Cada uno que logremos ayudar a que no salga, solucionándole el problema de otra manera, es un logro, es un adulto mayor menos en la calle con chance de contagiarse", agregó.
La medida, anticiparon, "no intenta quitar autonomía ni autodeterminación, ni asumimos que (los mayores del 70 años) tienen dificultades para decidir bien". Simplemente, pidieron: "Si tenés que salir, danos la oportunidad de hablar con vos para ver si podemos ayudarte a evitarlo".
"Es una normativa que intenta un proceso de aprendizaje mutuo. Para el Estado, aprender por qué situaciones una persona pretende salir, y para las personas, que sepan qué cosas podemos resolver y ofrecerles como servicio sin necesidad de exponerse", aclaró Rodríguez Larreta.
Anuncio y críticas
La medida anticipada la semana pasada por el gobierno de Rodríguez Larreta, que buscaba minimizar las salidas de esa franja etaria, recibió fuertes críticas desde el comienzo.
En la Capital Federal viven alrededor de 490.000 personas mayores de 70 años, que conforman un grupo de riesgo frente al Covid-19.
El domingo, el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, publicó una carta en las redes sociales.
"Les escribo esta carta a partir de los comentarios que surgieron desde que el viernes 17 de abril anunciamos nuestra intención de reforzar el cuidado a las personas mayores de 70 años. Yo siempre los escucho y esta no es la excepción", comienza diciendo.
Rodríguez Larreta agrega que entiende la "frustración e incluso hasta el enojo" que sintieron algunos adultos mayores de la Ciudad, pero su intención "no es subestimar ni hacer sentir mal a nadie".
"Sin embargo no puedo negar la realidad: toda la evidencia del mundo muestra que los mayores de 70 son, por lejos, quienes más riesgo de vida tienen. En Europa, 8 de cada 10 fallecidos por el virus son adultos mayores. Y en la Argentina, el promedio de edad de los fallecidos es de 71 años", añade.
"Ahora, lo más importante es disminuir al mínimo posible las salidas a la calle. Y ese el espíritu de la decisión que comunicamos el viernes, porque todos vemos que hoy hay mayor circulación de gente en la calle. Y eso significa mayor riesgo de contagio", continúa el jefe de gobierno porteño.
"Puedo entender que la comunicación pública de esta medida no fue clara al mencionar la palabra 'permiso'. Pero nuestra intención siempre fue, es y será ayudarlos a cuidarse. No buscamos controlarlos ni mucho menos restringir su libertad y su autonomía", agrega.
"Posiblemente esta sea una de las decisiones más difíciles que me tocó tomar, porque sabía que iba a doler. Incluso algunos me hablaron del costo político que podía tener la medida. Quiero ser claro: en esto no hay especulaciones políticas. Y menos, cuando está en juego la vida de la gente", dice otro párrafo de la carta abierta.
"Sé que quedarse en casa es difícil. Pero estamos acá para ayudarlos y asistirlos. Les pido a todos que nos acompañemos. Que la historia no sea cómo nos afectó el coronavirus, sino cómo salimos adelante todos juntos", concluye el funcionario porteño.
La carta del alcalde porteño fue publicada en sus redes sociales tras los cuestionamientos que surgieron a la medida, entre ellos, el del defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino, que la calificó de "anacrónica" y "absurda" al considerar que la franja de la población que supera los 70 años no tiene una "minusvalía".
El filósofo y profesor José Emilio Burucúa, de 73 años, consideró una "arbitrariedad" y una "escandalosa discriminación" la decisión del Gobierno porteño.
Y esta tarde se conoció una carta firmada por intelectuales que superan los 70 años de edad en la cual consideran que este grupo población se convierte "en objeto de discriminación y maltrato bajo la excusa de una pseudoprotección".