El juez federal Alejo Ramos Padilla le fijó un embargo de 500.000 pesos a Federico Llamas, el joven de 27 años que fue demorado en primera instancia en la autopista Panamericana y luego detenido en la localidad balnearia de Ostende cuando se descubrió que había incumplido el aislamiento obligatorio en su casa del barrio porteño de Flores.
Ese monto se debe a los costos del operativo de seguridad para aprehenderlo. Además, Ramos Padilla dispuso la detención domiciliaria y le prohibió salir al punto de que no puede hacerlo ni para comprar víveres.
En ese sentido, como quedó en cuarentena al igual que otros familiares que se encuentran en la misma vivienda, el juez le ordenó al intendente de Pinamar, Martín Yeza, que "provea a los habitantes del domicilio de los elementos indispensables para transitar el aislamiento mencionado (alimentos, medicamentos y elementos de higiene de primera necesidad)".
Además, el magistrado resolvió secuestrarle la camioneta en la que viajaba y todas las tablas de surf que tenía, y fijar una medida cautelar sobre su madre y otras personas que pudieran estar acompañándolo.
Tras conocerse la detención, el presidente Alberto Fernández calificó al joven surfer como un "idiota" y aseguró que "esos personajes van a tener que explicarle mucho a la sociedad argentina la desaprensión para con el otro".
Llamas fue descubierto en esa vivienda de Ostende, luego de que se determinara que había escapado de la casa de Flores, hasta donde había sido custodiado por efectivos de Prefectura Naval tras permanecer varias horas demorado en un control vehicular en la Panamericana cuando regresaba de sus vacaciones en Brasil.
Sin embargo, apenas los prefectos se retiraron de su domicilio, el joven arrancó nuevamente su camioneta y huyó, sin cumplir el aislamiento correspondiente por haber ingresado al país proveniente de Brasil.