La Legislatura porteña aprobó este mediodía la adhesión de la Ciudad a la "Ley Justina", una norma de alcance nacional que determina que todas las personas son donantes de órganos, salvo que expresen su voluntad contraria, y que debe su nombre a una niña de 12 años que murió en la espera de un trasplante en 2017.
La iniciativa fue presentada por la legisladora Mercedes De las Casas (Vamos Juntos) y contó con el acompañamiento unánime de los bloques legislativos.
La norma nacional establece que toda persona capaz mayor de 18 años puede "en forma expresa manifestar su voluntad negativa o afirmativa a la donación de los órganos y tejidos de su propio cuerpo, restringir de un modo específico su voluntad de donación a determinados órganos y tejidos, y condicionar la finalidad de la voluntad de donación a alguno de los fines previstos".
"De no encontrarse restringida la voluntad afirmativa de donación o no condicionarse la finalidad de la misma, se entiende que la persona es donante y son comprendidos todos los órganos y tejidos, y a todos los fines. El profesional a cargo del proceso de donación debe verificar la voluntad del causante conforme lo determine la reglamentación", determina la ley.
"En su artículo 73, la ley invita a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir a las disposiciones que correspondan y es por eso que solicitamos la aprobación del proyecto", detalló la legisladora De las Casas quién además señaló: "El legado de Justina ya es una realidad".
Desde la entrada en vigencia de la Ley de Trasplante 27.447 -el 3 de agosto de 2018- a la fecha se concretaron 1.022 procesos de donación, que permitieron que 2.272 pacientes en lista de espera reciban un trasplante de órganos.