El 10 de junio de 2013 fue una fecha que muy pocos olvidaría: el día que Ángeles Rawson desapareció cuando regresaba de una clase de educación física de su escuela Virgen del Valle, ubicada en el barrio porteño de Colegiales. 24 horas más tarde, su cuerpo fue hallado en la cinta de separación manual de residuos del Ceamse, en José León Suárez.
La adolescente de 16 años se dirigía desde la institución a su domicilio, ubicado en Ravignani 2360, en Palermo. El mismo lugar donde vivía, terminó convirtiéndose en la peor pesadilla. Dos años más tarde, el 15 de julio de 2015, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 de Capital Federal consideró a Jorge Néstor Mangeri, encargado del edificio, culpable y autor del “femicidio en concurso ideal con abuso sexual, en concurso ideal con homicidio criminis causa”.
Sin embargo, antes de llegar a la sentencia, la opinión pública sospechaba de la familia de la víctima, sobre todo de Sergio Opatowski, pareja de la Jimena Adúriz, madre de la joven. El hombre, quien en aquel entonces tenía 54 años, fue imagen de los medios de comunicación por unas cuantas horas.
Sergio se mostraba frío ante las cámaras, no lloraba y titubeaba, indicios que, según la audiencia, indicaban que él era el culpable. Al final de cuentas, fue todo lo contrario.
“Los medios me dieron con un caño, sin justificación. Se dijeron muchas cosas que no son. Sin rencor te digo esto. Nunca hubo un reconocimiento, un ‘nos equivocamos’. Existió el silencio. Y el silencio otorga. Yo sé quién soy y sé bien todo lo que amé a esa criatura. Me hicieron mierda”, dijo Opatowski en su última entrevista.
Lo mismo habían dicho de Jimena Adúriz, cuando el 17 de junio enfrentó a las cámaras en la vereda de su casa y al hablar de perdón, decían: “La mamá no llora. No quiere venganza”. Todo era una maniobra mediática: el caso tuvo 206 horas de pantalla sumando aire y cable; en Twitter: 30 mil menciones el día del velatorio y allanamiento en la red social.
La condena a Jorge Mangeri
El 10 de julio de 2018, la Corte Suprema de Justicia confirmó la condena de Jorge Néstor Mangeri, ratificando así la desestimación por unanimidad, el recurso de queja interpuesto por la defensa del porteño contra la sentencia de la Cámara de Casación, que había confirmado la pena a prisión perpetua.
Los ministros Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Carlos Fernando Rosenkrantz consideraron que el recurso presentado por los abogados de Mangeri resultaba “inadmisible”.
Según la sentencia, Mangeri es “autor penalmente responsable por el delito de femicidio, en concurso ideal con los delitos de abuso sexual y homicidio agravado por su comisión críminis causa, estos últimos en concurso material entre sí, en perjuicio de Ángeles Rawson”.
Pese a que las pruebas que lo recriminaban eran contundentes, el día del veredicto, expresó: “Vuelvo a declarar mi inocencia. Soy inocente. No tuve ni tengo nada que ver con la muerte de ‘Mumi’. Nada más. Que se haga justicia. Nada más”.
Jorge Mangeri pidió la revisión de la condena
A diez años del crimen de la adolescente, su asesino, Jorge Néstor Mangeri, analiza presentar un “recurso de revisión” de su condena a prisión perpetua ya firme, informaron fuentes judiciales.
El información fue confirmada a la agencia Télam por tres fuentes, dos de la Defensoría General de la Nación y otra del Ministerio Público Fiscal (MPF) y, además, está avalado por la última presentación que el femicida hizo ante la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional, en octubre de 2022.
Jimena Adúriz y la resignificación del dolor
En varias ocasiones, Jimena Adúriz se refirió en los medios de comunicación sobre la resignificación del dolor y cómo son sus días sin “Muni”. “Yo resignifiqué el dolor, no lo transformé, porque el dolor no se transforma, no muta”, dijo en una entrevista para A24.com.
“El dolor te motiva a la lucha, a que los días no pasen. Todos los días, cuando me levanto a la mañana, yo tengo al lado mío un pantano con una fuerza centrífuga donde yo decido pasarlo por el costado”, explicó y agregó: “Hay un montón de cosas las que uno tiene que convivir y es así porque la nena no vuelve, la nena está en un cajón. Estimo que deben ser huesitos lo que queda de ella, que son mis huesitos hermosos, pero ya no está”, completó.
En eso de resignificar el dolor, Jimena comenzó a formarse en políticas y temas de violencia de género; a participar activamente del movimiento Ni Una Menos y a impulsar la ley de protección de víctimas junto a Matías Agnato y otros familiares que perdieron seres queridos, entre quienes se encuentran “La Asociación Madres del Dolor”, fundada por un grupo de mujeres argentinas que perdieron a sus hijos a causa de hechos violentos.
El mensaje de Jimena Adúriz a una década del crimen de su hija
Este sábado y como todos los 10 de junio, Jimena Adúriz utilizó su cuenta de Facebook para escribir un emotivo mensaje para recordarla.
“La primera década, porque es menos doloroso decir década que diez años, que no te tengo mi amor… Elijo que ese tiempo no sea solo de descuento en la espera por volver a abrazarte y llenarte de mimos. Elijo transmitir tu legado”, comienza diciendo.
Y sigue: “Mientras mi cuerpo sabe que esa elección cuesta más, y mi boca se enferma, por lo que no puedo decir, mis mejillas se llenan de lágrimas no lloradas que parecen aferradas por miedo a que el día que las suelte me desintegre. Hoy son diez y contando, aunque para mí haya sido ayer. Qué difícil es esta ecuación, porque la variable de no tenerte me mata. Mañana será 10 y un día y volveré a la carga. Hoy no, mi amor, la tristeza y el horror me superan. Te amo hasta el cielo de las nubes… Mami”.