Todo comenzó el pasado lunes en un baldío del barrio 9 de Noviembre de la ciudad de Bahía Blanca.
Ismael Belisle, un fletero de 51 años, limpiaba un terreno ubicado en Rosales al 2400, cuando ayudaba a un hombre de 70 años con la limpieza del lugar y de un galpón.
El fletero nunca imaginó que entre las cosas de metales que le habían sido dadas como chatarra, se encontraban dos tremendos explosivos. Es por ello, que sin saber lo que hacía cargó el material en su camioneta y se fue a casa.
Su sentido común hizo que Belisle alertara al 911 acerca de su hallazgo.
En el lugar, llegó rápidamente la división especializada, y por precaución, con colaboración del Comando de Patrullas, se evacuó a los vecinos linderos.
Se trataba dos bombas aeronavales de 80 milímetros, las cuales con los recaudos del caso fueron trasladadas a un descampado ser detonadas.
El caso se volvió a repetir en horas de esta mañana a unas pocas cuadras del hallazgo anterior, atrás del cementerio.
Un vecino, Leonardo Alderete encontró la bomba y la trasladó hacia su vivienda ubicada en Rosales al 300, donde luego dio aviso a las autoridades.
Efectivos del Comando de Patrulla, Defensa Civil y especialistas de la División Explosivos del cuartel Central de Bomberos, se hicieron presentes y se procedió a evacuar a los vecinos de la cuadra hasta tanto lograron retirar el explosivo, que será detonado en las afueras de la ciudad.