Sin dudas, la mejor noticia de la Nochebuena este año fue la poca presencia de pirotecnia en Azul. Un poco por la crisis económica, otro tanto por las campañas masivas de concientización sobre el daño que generan los fuegos artificiales a niños con autismo y mascotas, y otro poco por la lluvia que cayó a medianoche. Más allá de los motivos, fue notoria la ausencia de pirotecnia en la ciudad.
En una recorrida realizada en la ciudad en la previa de la Navidad, muy pocos comercios vendían (al menos abiertamente) fuegos artificiales. Varios kioscos o supermercados que otros años vendían cañitas voladoras o petardos este año optaron por no hacerlo. "Iba a comprar pero con este asunto de que la iban a prohibir, preferí no comprar nada", relató una comerciante que prefirió no ser identificada.
En paralelo, desde el Hospital Pintos confirmaron que no hubo ningún herido por quemaduras o por el uso de pirotecnia en Azul. "Es una muy buena noticia", aseguraron.
A pesar de que en 2017 se aprobó la ordenanza 3993 que prohíbe en todo el partido de Azul el uso de pirotecnia de mediano y alto impacto sonoro, no hubo ninguna campaña oficial de parte del municipio para erradicar la pirotecnia y los controles -según dicen los comerciantes- fueron bastante laxos.
Más allá de eso, las campañas nacionales y de ONGs locales de cuidado animal parecen haber mellado en la sociedad azuleña y casi no hubo fuegos artificiales. Y eso, es una buena noticia para celebrar.