Unas 500 viviendas resultaron totalmente destruidas o tuvieron daños parciales en los ejidos municipales de Lago Puelo y El Hoyo, ubicados en la comarca andina patagónica, que fueron los que sufrieron más daños por los incendios de bosques que comenzaron el pasado martes y aún mantienen focos activos, según declaró el director de Defensa Civil de Chubut, José Mazzei.
Del relevamiento “casa por casa” realizado por las oficinas de asistencia social se mensuró que en Lago Puelo quedaron totalmente destruidas 350 viviendas y ”reducidas a cenizas”, en su mayoría precarias, mientras 130 sufrieron daños parciales.
La mayoría de esas viviendas familiares estaban ubicadas en el paraje “Las Golondrinas” y particularmente en lo que se conoce como la “Parcela 26” y “Toma el pinar”.
A esto hay que sumarle las que fueron alcanzadas por el fuego en El Hoyo, comuna lindera a Lago Puelo, donde se constataron 22 casas, cinco cabañas y siete galpones destruidos.
“Hay un equipo de Desarrollo Social de la Provincia y del Instituto Provincial de la Vivienda que trabajan sobre el relevamiento que será central para canalizar cuanto antes la ayuda nacional que anunció el presidente Alberto Fernández que nos visitó hoy”, describió Mazzei.
Los servicios públicos comenzaron a restablecerse paulatinamente en la zona, como el caso de Lago Puelo que tiene desde ayer electricidad en gran parte de su planta urbana.
Las dificultades están en la provisión de agua, ya que las fuentes hídricas de abastecimiento están cargadas con ceniza y lodo que imposibilitan su potabilización y para abastecer de manera provisoria a la población se “acarrea” desde parajes vecinos con camiones cisterna, sobre todo en la zona de la ruta 40 donde se concentran los pobladores que están volviendo a sus parcelas.
El servicio cloacal en El Hoyo se restableció ayer con generadores de emergencia en tanto desde hoy se decidió el bombeo de agua a las viviendas a las que llega con mucha turbiedad, por lo que no se aconseja el consumo pero sí el uso sanitario.
El área de servicios públicos dispuso todos los generadores disponibles para abastecer las demandas aisladas, como la que tiene la cooperativa de productores de la comarca que contaba con más de 48.000 kilos de fruta fina almacenada y temían perder lo acopiado al interrumpirse por mucho tiempo la cadena de frío.
Los focos de incendio en la comarca que se desarrollaron en simultáneo tuvieron el saldo fatal de un peón rural muerto y tres pobladores con heridas graves por quemaduras, dos de los cuales fueron trasladados al hospital de Esquel donde se encuentran en estado reservado, mientras la restante fue derivada a Bariloche ya que en esa ciudad rionegrina hay un hospital de complejidad.
Según pudo reconstruir la agencia “Télam”, la paciente derivada a Bariloche presentaba el cuadro más complejo por tratarse de una mujer adulta mayor con otras complicaciones en las paredes abdominales internas.
En rigor fueron siete los heridos por quemaduras, pero cuatro de ellos recibieron lesiones en las extremidades que no presentaban riesgos para su salud, de manera que fueron curadas y no se consideró necesaria su internación.
Un dato significativo fue que varios pobladores que volvían a sus propiedades también reportaron quemaduras leves por manipular los elementos que todavía conservaban calor.
La comarca andina por donde pasó la “tormenta de fuego” es hoy un territorio humeante que tiene dos focos activos sobre los cuales trabajan los aproximadamente 200 brigadistas de distintos puntos del país que están en la zona.
“Hay brigadistas del Noroeste Argentino, San Luis, del Plan de Manejo del Fuego entre otros; además de todos los que estamos en la zona que trabajamos sobre los focos activos”, enumeró Mazzei.
La investigación sobre el origen de los incendios recién comienza y se espera que arriben la semana próxima especialistas de la Policía Federal para trabajar en terreno.
Las fuentes judiciales consultadas por “Télam” no descartaron ninguna hipótesis sobre el origen del siniestro más voraz que se recuerde en décadas, pero la que se investiga sobre la línea de media tensión que lleva electricidad a la comarca, en cuya traza se encontraron al menos dos “puntos de inicio” de fuego, puede explicar uno de los focos.
Sin embargo, esa sospecha no aplica al incendio de Cholila, que comenzó en una alcantarilla por donde no pasa ninguna fuente de energía ni tampoco la deflagración que se registró en proximidades de El Maitén, donde perdió la vida el poblador rural Sixto Garcés, de 50 años, quien fue encontrado muerto junto a su caballo “pilchero” y su perro cerca de la estancia donde cumplía funciones de puestero.