La cervecería escocesa BrewDog nació en 2007, en Fraserburgh, y empezó trabajando con insumos locales y sostenibles para la elaboración de sus productos. Sin embargo, con el correr del tiempo, sus propietarios buscaron dar una vuelta definitiva y más agresiva a su elaboración, revolucionando la industria y con la intención de redefinir el consumo de esta bebida tan popular en el mundo.
Parte de ese cambio surge de la implementación de tecnologías de elaboración que dan lugar a la sostenibilidad. El plan de la marca es compensar sus emisiones de CO2, sustrayendo el doble de lo que emite a la atmósfera anualmente.
Las tecnologías de elaboración cervecera sostenible posibilitan que haya un equilibrio con los recursos de su entorno. Y esto puede aplicarse desde la producción de sus insumos, la elaboración propiamente dicha y, finalmente, la entrega al consumidor final.
“Es un proceso casi interminable ya que siempre se va a poder reducir de alguna manera la huella a medida que pasa el tiempo y se desarrollan nuevas tecnologías”, señalan desde una distribuidora de BrewDog.
Luego de la apuesta por los insumos locales, la marca fue más allá con la implementación tecnológica verde a la planta principal en Escocia. Así, actualmente las plantas de BrewDog son más verdes. De hecho, el año pasado la marca logró ser la primera cervecería con huella de carbono negativa al establecer más tecnologías nuevas y la plantación de un bosque de 8 hectáreas.
“El compromiso de apostar por el carbono negativo antes de 2030, hasta el momento, solo lo han asumido empresas como Microsoft, Patagonia y BrewDog”, agregaron.
Con el correr de los años, hay aspectos a los que los consumidores comenzarán a prestar mayor atención. Sin dudas, el compromiso con el medioambiente es uno de los principales.