Corea del Norte anunció este martes que no participará de los Juegos Olímpicos de Tokio para evitar los contagios de coronavirus. Es el primer país en confirmar que no enviará atletas a la competencia.
La decisión, informa AFP, enfría las expectativas surcoreanas de aprovechar los Juegos para relanzar las negociaciones con Pyongyang.
El Comité Olímpico Norcoreano decidió “no participar en los 32º Juegos Olímpicos para proteger a los atletas de la crisis sanitaria mundial que ha generado el COVID-19”, comunicó el Ministerio de Deportes.
Sin embargo, un portavoz del Comité Olímpico Internacional declaró a AFP que no había “recibido ninguna solicitud oficial del Comité Nacional Olímpico de Corea del Norte para ser liberado de su obligación”.
Ese portavoz añadió que “a pesar de varias peticiones”, el Comité Olímpico Norcoreano no había podido organizar una conferencia telefónica para hablar de los riesgos ligados a la pandemia.
Una oportunidad perdida
La última participación del aislado y nuclearizado Estado norcoreano en unos Juegos de Invierno, en Pyeongchang, Corea del Sur, contribuyó al acercamiento diplomático de 2018.
El líder norcoreano, Kim Jong Un, envió a su hermana Kim Yo Jong a dichos juegos, lo que el presidente surcoreano, Moon Jae-in, aprovechó para promover negociaciones entre Pyongyang y Washington que se tradujeron en dos encuentros entre Kim y el presidente estadounidense de la época Donald Trump.
Pero el anuncio de Pyongyang pone fin a las esperanzas de Seúl de convertir los aplazados Juegos de Tokio en una excusa para reactivar el proceso negociador que actualmente está en punto muerto tras el fracaso de la última cumbre entre Kim y Trump en Hanói (Vietnam) en febrero de 2019.
El presidente Moon dejó claras sus intenciones el pasado 1 de marzo en su discurso con motivo de la fiesta nacional de la independencia de Corea del Sur. “Los Juegos Olímpicos de Tokio que se realizan este año podrían ser una oportunidad para el diálogo entre Corea del Sur y Japón, el norte y el sur, Corea del Norte y Japón, y Corea del Norte y Estados Unidos”.
Corea del Norte es objeto de sanciones internacionales por su programa de armamento nuclear y misiles prohibidos por resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Actualmente está más aislada que nunca desde que decretó hace algo más de un año un cierre de fronteras para protegerse del coronavirus que surgió inicialmente en China, antes de propagarse por todo el mundo.
Pyongyang asegura que no ha registrado casos de COVID-19 en su territorio, pero los expertos lo ponen en duda.
La nueva relación con EEUU
La administración del presidente estadounidense, Joe Biden, que llegó al poder en enero, asegura que está en la fase final del examen de su futura política con Corea del Norte. Se espera que los responsables estadounidenses favorezcan la reanudación de las negociaciones a un nivel poco elevado y no tanto las cumbres espectaculares con importantes desafíos.
Durante la campaña electoral estadounidense, Biden tachó a Kim Jong Un de “matón” y criticó las cumbres entre él y Trump, al que acusó de haber legitimado a uno de los dirigentes más despiadados del planeta, aunque también se mostró abierto a la diplomacia.
El presidente estadounidense advirtió a Corea del Norte que cualquier violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad tendrá consecuencias.
Su advertencia se produjo después de los ensayos de dos ejemplares de un artefacto considerado por los responsables estadounidenses como un misil balístico, una categoría de arma que la ONU prohíbe a Pyongyang.
Como las relaciones con Estados Unidos, las relaciones entre las dos Coreas están en punto muerto. Las autoridades norcoreanas han declarado en varias oportunidades últimamente que no tiene interés en hablar con Seúl.
Con información de AFP.